Algunos puestos han acabado ya con toda la mercancía mientras otros esperan dar el arreón final a las existencias en la jornada de hoy, San Pedro, festivo en la capital y tradicionalmente un buen día para las transacciones en la Feria del Ajo. La avenida de las Tres Cruces ha vivido dos jornadas muy animadas desde que la Feria abriera al público con ciertas dudas, tras la tormentosa víspera, pero pronto se vió que la clientela ha vuelto de nuevo sus ojos al producto de extraordinaria calidad y, como ocurriera el pasado año, la demanda haya sido bastante generosa.

La Feria sigue abierta hoy, durante todo el día, pero ayer se produjo el acto de clausura oficial -el certamen suele durar un par de días, pero este año había que aprovechar al menos una jornada de fin de semana, pero sin dejar San Pedro sin ajos-. Con la clausura llegó la entrega de premios a las mejores ristras y montones. Hubo 21 premios entre las dos modalidades, que colocaron en lo más alto del escalafón a las localidades de Cuelgamures, Fuentespreadas y Villabuena del Puente, con cinco agricultores premiados cada una, seguidas por Bóveda de Toro, con tres y El Maderal, El Pego y Fuentesaúco con un representante. La vencedora absoluta en ristras fue Alba Rodríguez Calzada, de Villabuena del Puente, mientras en montones se hizo con la copa principal Paulino Prieto Rodríguez, de Cuelgamures -fue su hijo Víctor el que recogió el premio de manos de las autoridades-. La avenida de las Tres Cruces vive hoy el último día de animación, la que proporcionan ajeros y compradores y también la que aportan los grupos que intervienen en las actuaciones programas, ayer «Capitonis Durii» a la hora de la clausura oficial.

La calidad es una de las bazas principales del producto, ya que realmente los ajos que se encuentran en la Feria tienen poco que ver con los que se adquieren durante el resto del año en las tiendas. Sin embargo, al comprador le sigue gustando mirar lo suyo, comparar e incluso regatear el precio con el agricultor, sobre todo si no cuenta con proveedor fijo, en un ritual que mantiene su ancestral dinámica.

Un par de tenderetes con sombreros de paja y otros enseres completan una Feria sustentada fundamentalmente por Caja Rural, su principal valedora y las organizaciones profesionales agrarias y que mantiene la esencia tradicional. Algunas innovaciones se han introducido, como las cebollas o la venta de ajos en red o por cabezas, pero siguen siendo mayoritarios los hilos de siempre.