La organización de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que tendrá lugar en agosto del próximo año en Madrid, hizo públicos en la mañana de ayer los 14 grupos escultóricos e imágenes que representarán las Estaciones del Vía Crucis en la procesión que recorrerá el centro de la capital española. La escasa incertidumbre que existía sobre la representación zamorana acabó con la confirmación de que La Crucifixión, una de las obras de mayor calidad del escultor Ramón Álvarez, dará vida a la X Estación.

El propio obispo de la diócesis de Zamora, Gregorio Martínez, no quiso adelantar acontecimientos en el prólogo de la pasada Semana Santa, en el que sí insistió en la importancia que tendrá la Jornada Mundial de la Juventud, un evento que reunirá a jóvenes cristianos de todo el planeta en torno a la figura de Benedicto XVI, que realizará su segunda visita oficial a España tras el encuentro de Valencia en 2006.

Y es que hasta la fecha, en el ámbito semanasantero de la ciudad se habían barajado las posibilidades de llevar a la capital española La Sentencia de Ramón Núñez y La Elevación, de Aurelio de la Iglesia, además del grupo finalmente elegido. La baza de La Elevación se asentaba en la originalidad de la colocación de la cruz, en pleno ascenso. Sin embargo, los responsables del Obispado de Zamora y la organización decidieron tras un encuentro que, por su calidad, el grupo escultórico de Ramón Álvarez era más adecuado para representar la Pasión de Zamora y encajaba perfectamente en la X Estación, que representa a Jesús clavado en la cruz.

Bajo el punto de vista de los responsables de las cofradías que donan sus obras, el acontecimiento del próximo verano será de gran calado por carecer de precedentes. El hermano mayor de la cofradía Nuestro Padre Jesús Nazareno de Murcia, Rafael Cebrián, calificó la apuesta de «iniciativa extraordinaria y osada». En realidad, los impulsores de este Vía Crucis monumental basan la idea en el fin con el que se esculpieron las obras, el ejercer la catequesis en la calle.

El otro objetivo es claramente divulgativo. Ante miles de jóvenes fieles, los organizadores de la JMJ quieren mostrar cómo las ciudades y los pueblos de España celebran la Pasión cada año. Así, el obispo auxiliar de Madrid, César Franco, ha resaltado que pretenden «transmitir a los jóvenes la fe hecha arte y pretende acercar a los jóvenes a la fe a través de la belleza».

Las cofradías de las diez ciudades implicadas serán las responsables -seguro incluido- de llevar las imágenes a Madrid para que desfilen la tarde del viernes 29 de agosto. Además, serán los propios cargadores titulares de los pasos en quienes recaerá el orgullo de portar los grupos bajo un nada habitual sol de agosto.

En el caso de La Crucifixión, que pertenece a la Cofradía de Jesús Nazareno, serán los 44 cargadores quienes se trasladen a la capital para realizar el trayecto del Vía Crucis. Junto al resto de pasos participantes cubrirán a hombros el trayecto que une la plaza de Cibeles, desde donde partirá la procesión, hasta la plaza de Colón, pasando por el paseo de Recoletos.

Junto a la obra de Ramón Álvarez, que entregó a la Congregación en 1885 junto a La Verónica, desfilarán otras de artistas conocidos por los zamoranos como Gregorio Fernández, el maestro vallisoletano, o Ramos Corona, autor de La Piedad que desfila en el Santo Entierro. El resto de representaciones proceden de Murcia, Málaga, Orihuela, León, Jerez, Granada, Cuenca, Valladolid y la capital española. Se echa en falta, no obstante, alguna de las barrocas representaciones de la Pasión de Sevilla, considerada como una de las más prestigiosas de todo el país.

Los responsables del Obispado de Zamora se muestran satisfechos ante tal elección, el último grupo escultórico que realizó el maestro coresano antes de fallecer. Por delante, sólo quedarían imágenes individuales, como La Soledad y la Virgen de los Clavos, última entrega del maestro zamorano al Santo Entierro. Ahora, será Benedicto XVI quien rece ante uno de los rostros más logrados de Álvarez, el de Jesús clavado en la cruz.