Los alumnos superdotados son un porcentaje muy bajo en las aulas, pero siempre han llamado la atención por el hecho de ver capacidades en un niño que solo se dan en adultos, pero los expertos advierten: «sólo son niños, y hay que tratarlos como tal», es decir, poner normas, horarios de trabajo y educar como a cualquier otro niño de su edad es primordial para evitar un posible fracaso escolar. Los niños con altas capacidades saben que son distintos y el trabajo de los equipos de orientación es intentar canalizar ese potencial sin considerar al alumno como una máquina de aprender, pero sin dejar de aprovechar su potencial. Cargarlos de actividades y no tener en cuenta sus inquietudes personales no es la mejor solución.

Un total de 21 estudiantes zamoranos de Educación Primaria, Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional, presentan altas capacidades educativas, es decir, se les considera superdotados, según fuentes de la Consejería de Educación. Una cifra que supone tan solo el 0,73% de la comunidad educativa de la provincia, es decir, cumplir con los requisitos para entrar en esta categoría no es fácil.

En la prueba anual que desde la Junta de Castilla y León se realiza a todos los alumnos de 2º de Educación Primaria para detectar las altas capacidades, ocho alumnos han pasado este año en Zamora los test de la Consejería de Educación, «pero de ellos puede que ninguno sea superdotado, de hecho ya hemos analizado a cuatro de ellos y son simplemente inteligentes», explica Cristina Andrés, orientadora de uno de los tres equipos de psicopedagogos que dan cobertura a la provincia.

Para que un alumno sea considerado como de altas capacidades tiene que cumplir tres requisitos indispensables. El primero, tener una capacidad intelectual superior a la media, más de 135 de cociente intelectual (CI), «para realizar estas pruebas se pide autorización a los padres y se realizan dos cuestionarios distintos para constatar el resultado final», comenta la también orientadora Mercedes Núñez. Además de poseer un elevado CI, los alumnos tienen que ser especialmente creativos en las diversas áreas de la vida y mostrar una alta motivación e interés por el trabajo escolar, perseverancia en la tarea escolar y desarrollar un trabajo acorde a sus capacidades, es decir, «exigirse a sí mismos hacerlo bien y poner toda su capacidad para conseguirlo», matiza Núñez. El objetivo principal de detectar en los alumnos las altas capacidades «no es para tener estadísticas y etiquetas de los estudiantes, sino para dar la respuesta educativa adecuada a sus necesidades en el aula, que por otra parte es lo más difícil de todo el proceso», aseveran las orientadoras. La respuesta educativa que toman los docentes contempla la flexibilización, adelantar de curso a los alumnos, pero «es una medida que en muy raras ocasiones se opta por ella. En Zamora nunca hemos tenido un caso de esas características, porque los alumnos tienen que cumplir además de los requisitos intelectuales, los personales y afectivos. La persona es mucho más que la capacidad intelectual, hay muchas características que conforman una persona y con ser inteligente no vale», aclaran las profesionales. La tarea de los profesores, que muchas veces se ven superados en conocimientos por los alumnos superdotados, es la de enseñar a aprender, es decir, darle los mecanismos para que cuando terminen la tarea profundicen en el tema. Tienen que aprender a resolver cualquier problema de la vida diaria, tomar decisiones o acceder a Internet para la búsqueda de información, «tienen que ir más allá, aprender también por sí mismos y en eso las nuevas tecnologías nos han ayudado mucho», señalan desde el equipo de orientación.