Zamora perdería hasta 22 concejales en el caso de que los comicios municipales se celebraran hoy mismo, tal y como señalan los datos actuales del padrón poblacional. Si de manera hipotética se diera un salto en el calendario hasta ubicarse en el 22 de mayo del próximo año 2011, fecha en la que todos los vecinos están llamados a las urnas para elegir a sus representantes en los ayuntamientos, la despoblación del medio rural pasaría factura no sólo en el volumen de votantes sino también en el número de concejales que resultarían electos en las respectivas instituciones municipales.

En cualquier caso, todavía restan once meses para la cita electoral y el Instituto Nacional de Estadística tiene tiempo por delante para cerrar las cifras del padrón definitivo de 2010 y actualizar las cifras, ya que los cálculos toman como referencia los datos del INE del pasado año, si bien ofrecen una visión bastante aproximada del futuro a medio plazo que le esperan a los municipios de la geografía zamorana, cuyo nivel de despoblación avanza de manera importante en algunos casos.

Las mayores pérdidas las sufrirían Vidayanes, Losacio y Villalonso, que pasarían de contar con cinco ediles en sus salones de Plenos a poseer sólo uno, es decir, dirían adiós a cuatro de ellos. La cifra se debe a que la pérdida de población alcanza las 23 personas, en el caso de Losacio; doce, si se trata de Vidayanes; y trece en Villalonso. Esta situación los coloca por debajo del centenar de votantes.

Otros siete municipios zamoranos registrarían pérdidas en su representación local con la caída de dos concejales en cada uno de los casos. Se trata de Porto, El Maderal, Morales de Valverde, Santa Eufemia del Barco, Fonfría, Camarzana de Tera y Villanueva del Campo. Entre las siete localidades suman 254 vecinos menos con respecto al ejercicio de 2006, que se traducen en catorce representantes municipales menos en sus respectivas casas consistoriales.

En cómputos regionales, 137 pueblos de la comunidad autónoma deberán desprenderse de 412 representantes locales si no logran un mayor número de empadronamientos en el último año. Esta reducción no sólo tendría repercusiones a nivel representativo sino que significaría una merma de ingresos por transferencias del Estado y otras subvenciones. Esta cifra negativa se compensaría con el repunte poblacional de otros municipios, que lograrían 102 nuevos ediles que, en cualquier caso, no llegan a alcanzar ni de lejos el número de pérdidas registradas ante esta hipótesis de elecciones en el momento actual.

En el caso de la provincia zamorana, frente a los 22 concejales que dejarían de tener representación en diez municipios, sólo dos -Milles de la Polvorosa y Peleas de Abajo- conseguirían aumentar su número de ediles con el paso de cinco a siete voces, lo que sumaría dos representantes más.

En cualquier caso, lo que no pasa desapercibido es que la despoblación se ceba con los más pequeños ya que ya que son varios los municipios que pasarían a regirse por concejo abierto al no superar el mínimo de 101 habitantes que les da derecho a contar con concejales en plural. Ello supondría que la única voz de los ciudadanos estaría representada en la persona del alcalde o alcaldesa perdiendo cuatro concejales, es decir, pasarían de cinco a uno -caso de Vidayanes, Losacio y Villalonso-. En el siguiente escalón se sitúan los municipios que, como consecuencia de la pérdida de efectivos poblacionales, ya no contabilizan los 251 vecinos que les permitiría convocar un pleno con siete bancos, uno por concejal. Si no lo gran arañar nuevos empadronamientos, las decisiones municipales dependerán en exclusiva de cinco ediles -caso de Porto, El Maderal, Morales de Valverde y Santa Eufemia del Barco-. Del grupo de localidades de entre 1.001 y 2.000 habitantes, que garantiza una corporación de nueve miembros, se descuelgan tres municipios zamoranos -Fonfría, Camarzana de Tera y Villanueva del Campo-, que verán dos sillones vacíos con respecto al mandato actual.

Soria resultaría ser la provincia con mayor caída al tener que decir adiós a setenta representantes municipales por la considerable rebaja en el censo de una veintena de localidades. Se da el caso, además, que es la única provincia castellana y leonesa donde ningún pueblo gana los suficientes habitantes como para dar el salto al siguiente nivel. Después se situaría Salamanca, con una merma de 58 representantes municipales, y Ávila, con una reducción de medio centenar. Valladolid perdería 36 mientras que Palencia contaría con una treintena menos. Una veintena sería la situación que comparten Zamora y Burgos, si bien esta última perdería los veinte redondos frente a los 22 del caso zamorano. Mientras tanto, León descontaría catorce ediles frente a la docena de Segovia, la que menos pérdidas registraría ante este hipotético panorama futuro.

En Zamora, el franco deterioro demográfico en las últimas décadas, unido a la dispersión poblacional, son dos de las amenazas claves para el futuro de la provincia. De hecho, buena parte de las políticas de las instituciones locales exigen criterios de reparto económico que tengan en cuenta esta realidad, aunque habitualmente Zamora se ve afectada por el dato final: el volumen de población.