La figura del escultor zamorano Baltasar Lobo se difundirá a partir de septiembre entre los escolares a través de material didáctico y pedagógico que elaborará la Fundación del creador con motivo del centenario del nacimiento del artista. La iniciativa está todavía en ciernes si se tiene en cuenta que será el patronato el que cerrará el programa de actuaciones en la reunión prevista «para dentro de muy pronto», avanza el concejal de Turismo, Cultura y Promoción de la Ciudad, Luis Javier Alonso, quien ayer abordó este asunto junto al resto de grupos en la comisión municipal del área.

El nacimiento de Lobo un 22 de febrero de 1910 en Cerecinos de Campos es el motivo por el que el Ayuntamiento y la Fundación invitarán a todos los vecinos del pueblo a visitar el Museo del artista y la rehabilitación del Castillo. Será la propia alcaldesa como presidenta de la Fundación la que curse esta comunicación a todo el pueblo de Cerecinos.

A raíz de los contactos que el Ayuntamiento de Zamora consiguió durante la «Expo» de Zaragoza, el Ayuntamiento de la capital de Aragón ha solicitado un intercambio de obras para la cesión temporal de algunas piezas de la colección de Baltasar Lobo. Las conversaciones para determinar esta opción «todavía siguen su curso», indica el concejal del área.

Mientras tanto, la Fundación Baltasar Lobo continúa con sus gestiones abiertas para abrirse a nuevos patronos con el propósito de garantizar su financiación, promocionar la obra del escultor y propagar su legado artístico a través de las redes de difusión de las entidades que se adhieran al proyecto. La decisión de captar nuevos mecenas fue tomada en la última reunión del patronato, en febrero de este año, y se encuentra en vías de materialización.

La comisión de Turismo celebrada ayer sirvió también para presentar el borrador de la primera ordenanza municipal de terrazas, que regulará la ocupación temporal de los espacios exteriores con veladores, parasoles y otras instalaciones que complementan la actividad hostelera. Hasta el momento, este aspecto estaba regulado por una ordenanza fiscal genérica que ha ocasionado años atrás varios conflictos con los hosteleros debido a las diferentes interpretaciones del texto. El objeto de la ordenanza, pionera en la capital, pasa por «convertir las terrazas en lugares de estancia y convivencia al aire libre que se integren de manera armoniosa en los espacios públicos sin alterarlos ni perturbar su función», adelanta Alonso.