De su pueblo natal, Fuentes de Ropel, hasta los laboratorios de la prestigiosa University College de Dublin. A la zamorana Teresa Osorio le sobra tesón y le faltan oportunidades en su tierra para desarrollar una labor investigadora relevante. Paso a paso ha conseguido hacerse un hueco entre la exigente comunidad científica internacional, donde esta joven tiene mucho futuro por delante.

-¿Sobre qué versa su tesis, que merecido la consideración de la mejor de su área en la Universidad de León?

-Mi tesis doctoral está basada en el estudio del efecto de alimentar los corderos lechales con leche materna o con lactorremplazantes, la lactancia artificial, sobre diversos parámetros de la composición de la carne y de la grasa de los lechazos. Su objetivo principal fue proponer metodologías analíticas válidas para diferenciar carne de lechazo según uno y otro tipo de alimentación y así conocer las repercusiones del tipo de alimentación sobre las características de calidad.

-Es una buena carta de presentación para el futuro?

-Digamos que es en cierto modo un reconocimiento a cuatro años de trabajo como investigadora. Indudablemente puede ayudar a captar la atención y el interés de aquellos que te conocen a través de tu curriculum.

-¿Qué mejora de la realidad supone su trabajo en el campo de la alimentación?

-La carne de cordero lechal es un producto tradicional muy apreciado gastronómicamente en la Europa mediterránea. Los corderos lechales pueden ser alimentados junto a las madres con la leche materna o bien mediante el uso de lactorremplazantes hasta su sacrificio, y este diferente sistema de lactancia influye en la calidad del producto, como las propiedades físico-químicas, nutritivas y sensoriales, entre otras. En Castilla y León, la carne de cordero lechal está avalada por marcas de calidad como por ejemplo, la Indicación Geográfica Protegida Lechazo de Castilla y León, cuya normativa sólo permite el uso de leche materna en la alimentación de los corderos lechales. En mi tesis doctoral se propusieron varias metodologías analíticas que permiten conocer si la carne lechal procede de animales alimentados con uno u otro tipo de lactancia y así tener una idea de la calidad del producto, además de evitar posibles fraudes.

-¿En qué momento se encuentran las investigaciones alimentarias?

-La investigación en materia de alimentación está generando un interés considerable en los últimos años. En la actualidad se le está dando gran importancia sobre todo a aquellas investigaciones relacionadas con la seguridad alimentaria y con la salud, a la vez que se está intentando concienciar al consumidor de las repercusiones que tienen los alimentos que comemos y, en general, la dieta diaria en la calidad de vida. El lema «somos lo que comemos» hace perfecta alusión al papel de la buena alimentación en nuestra vida.

-¿Qué se puede mejorar de la comida que hoy consumimos?

-Desde mi punto de vista, el mercado está lleno de productos saludables y por lo tanto lo único que mejoraría de la comida que hoy tomamos sería la forma en la que tomamos los alimentos. Y con esto me refiero por ejemplo, a la forma de cocinado, fritura, plancha, etc. y a la cantidad que comemos y a la carencia algunas veces de alimentos imprescindibles en nuestra dieta diaria. Lo ideal es tratar de mantener una dieta equilibrada.

-¿No ingerimos muchos colorantes y conservantes?

-Sí. Los colorantes y conservantes son aditivos, y por lo tanto sustancias que se agregan a los alimentos y bebidas con objeto de modificar sus caracteres organolépticos o mejorar su proceso de elaboración y/o conservación. Siendo imposible prescindir de ellos, sobre todo de los conservantes, lo ideal sería limitar tanto los productos donde se utilizan los aditivos, como las cantidades que pueden añadirse sobre todo si se hablamos de colorantes y conservantes artificiales. Es cierto que existe mucha polémica en torno a este tema puesto que se cree que la adicción de algunos aditivos pueden resultar perjudiciales, pero hay una legislación europea sobre los aditivos alimentarios autorizados en los productos para proteger a los consumidores. De todas formas, es aconsejable siempre fijarnos en lo que comemos, conocer el uso de los aditivos más utilizados, y evitar la ingesta excesiva de productos que contengan muchos aditivos como pueden ser algunas bebidas.

-Con la perspectiva que le ofrece su experiencia de casi dos años como investigadora posdoctoral en la University College Dublin, en la capital de Irlanda. ¿Es comparable el nivel científico con el de las universidades españolas?

-Es relativamente comparable en cuanto a formación científica , que en España es muy buena, y también en equipamiento, buenas bibliotecas y también me atrevería a decir que en calidad de la investigación. Pero es cierto que las buenas condiciones laborales, presupuestos más elevados y la facilidad para llevar a cabo nuestros proyectos quizás no son tan comparables.

-¿Cuál es su cometido en el equipo de investigación?

-Estoy contratada como investigadora postdoctoral en un proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Agricultura y Pesca del Gobierno irlandés y colaboro con los docentes cuando es necesario. Mi investigación se centra en el área de autenticidad de carne, y más concretamente, de la carne de vacuno.

-¿Le apetece continuar con su carrera investigadora en España?

-Por supuesto. Pero se que es difícil debido a la escasez de oportunidades para volver, sobre todo en estos momentos. Probablemente el camino más elegido por los investigadores hoy en día es optar por programas que permitan la incorporación de doctores al sistema español de ciencia y tecnología, aunque debido a la alta competitividad y a la dificultad de acceder al sistema, cada vez más investigadores optan por la empresa privada. En general, España tiene un enorme potencial científico humano pero no sabe cómo cuidarlo y retenerlo.

-¿Qué opina de la nueva y polémica Ley de Ciencia aprobada por el Gobierno de España?

-Creo que era necesaria crear una nueva Ley que sustituyera a la que estaba vigente desde 1986 y que se adaptase más al momento actual aunque parece que no aporta mejoras tan sustanciales como esperábamos y que tiene algunas carencias. Desde mi punto de vista, tiene aspectos positivos para la comunidad científica, como que los investigadores obtendrán contratos con Seguridad Social. Sin embargo en relación con nuestro futuro laboral no creo que esta ley nos garantice un mejor progreso y estabilidad, y tampoco parece apostar por la competitividad de nuestra ciencia a nivel internacional.

-¿Cómo están las cosas por Irlanda en este sentido? ¿Hay una regulación similar?

-Hasta donde yo sé, no hay una ley como nuestra Ley de Ciencia, pero los derechos de los investigadores están recogidos por una ley para la protección de los trabajadores (Fixed-Term Work Act) del 2003, que tampoco está libre de polémica.

-¿Es alentadora la carrera de científico en estos momentos?

-Quizás no mucho, pero ser científico es lo que nos gusta y lo que mejor sabemos hacer, es la opción profesional que hemos elegido y que nos gratifica y enriquece, por eso aunque el panorama laboral del investigador en estos momentos no es muy consolador, luchamos por seguir manteniéndonos en el mundo científico.

Fuentes de Ropel, Zamora (1978)

Teresa Osorio es licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos por la Universidad de León, donde completó su tesis doctoral con «mención europea» y la calificación de sobresaliente «cum laude», un trabajo que ha merecido la concesión del Premio Extraordinario de Doctorado en Ciencia y Tecnología de los alimentos en la convocatoria 2009-2010. Disfrutó durante cuatro años de una beca predoctoral de la Junta de Castilla y León para la realización de su tesis. Desde el comienzo de su carrera investigadora ha disfrutado de estancias en otros países como Dinamarca, Grecia e Irlanda. En la actualidad vive en Dublín y trabaja como investigadora postdoctoral en la Universidad de la capital desde hace dos años.