Se le puede considerar el rey «parlamentario», anticipado a su tiempo por la constitución de las primeras Cortes que integran la representación popular y por primera vez se sentará en esa institución junto a la nobleza, el clero y el monarca. Unas cortes, las denominadas de León de 1188, en las que se promulgaron leyes para preservar los derechos de la ciudadanía emergente, la clase burguesa, frente a los abusos de las clases dominantes. Esos fueron algunos de los aspectos que destacó del monarca el integrante del Instituto de Estudios Zamoranos «Florián de Ocampo», Francisco Iglesias Carreño, al disertar sobre «El mundo de Alfonso IX» en el Club del periódico. El historiador y cronista de la capital, Herminio Ramos, centró su intervención en la importancia que Fernando III, el hijo del rey zamorano, tuvo en el cierre del ciclo de la reconquista de los territorios de la Península Ibérica ocupados por los musulmanes.

Precursor del parlamentarismo moderno tras convocar las Cortes de León del año 1188, las primeras de Europa con representantes de las ciudades; pionero en ese foro de la «protección de los derechos del ciudadano» con el otorgamiento de la Carta Magna leonesa, «amplía los fueros y crea la moneda forera e instaura así el posterior control de los presupuestos» del Reino. El integrante del Instituto de Estudios Zamoranos «Florián de Ocampo», Francisco Iglesias Carreño, reivindicó ayer la figura del zamorano Alfonso IX, rey de León y Galicia, tras desglosar la trascendental visión política del que fuera fundador de la Universidad de Salamanca en 1218.

Un monarca clave en la historia no sólo de León, sino de España, cuya corona «está vinculada» con aquélla, sostuvo Iglesias Carreño en el transcurso del Club de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

A partir de ahí solicitó del Ayuntamiento de Zamora el reconocimiento de este Rey de la tierra con el levantamiento de un monumento en la ciudad. Y un homenaje en su tumba, en la Catedral de Santiago de Compostela, cuando tenga lugar la peregrinación de la Virgen de la Concha, el 26 de septiembre próximo. A la Universidad salmantina pidió, con motivo del VIII Centenario de su creación, la constitución de una cátedra de Derechos Humanos y Políticos que lleve su nombre.

Sin desmerecer a este insigne monarca zamorano nacido el 15 de agosto de 1171 en la capital, el otro participante en el foro del periódico para disertar sobre «El mundo de Alfonso IX», el profesor de historia y cronista oficial de Zamora, Herminio Ramos, prefirió detenerse en la semblanza de su hijo y sucesor, Fernando III «el Santo», a quien atribuyó «el mérito de la reconquista de España» y, por tanto, de lo que sería el embrión del actual Estado español. Es el rey que «consolida el Reino leonés a través de la Ruta de la Plata», apostilla Ramos, con «Zamora como núcleo y el Duero como surco natural; es quien conquista todos los reinos de taifas».

De Alfonso IX destaca la consecución de «la ampliación de la España cristiana hasta el Guadiana, con la reconquista de Mérida», con lo que «otorga el segundo cuartel del escudo de la ciudad, que representa el puente de Mérida» sobre el mencionado río, extremo en el que coincidió su oponente dialéctico en el Club, Iglesias Carreño, que atribuye la anexión de Extremadura, tras liberarla de los musulmanes, a la estrategia y la acción bélica del monarca leonés de origen zamorano.

El profesor de Historia centró, pues, su intervención en la etapa de Fernando III, rey de Castilla (1217-1252) y de León (1230-1252), que enmarca en la historia de la España moderna como «una más de la constante lucha de dos formaciones religiosas, el islamismo y el cristianismo» por dominar la Península Ibérica, hasta lograr reducir a los musulmanes.

Iglesias Carreño profundizó en la figura humana de Alfonso IX al destacar «que fue creador de la Carta Magna», al promulgar nuevas leyes destinadas a proteger a los ciudadanos y a sus bienes contra los abusos y arbitrariedades del poder de los nobles, del clero y del propio rey. Supuso el inicio de un nuevo marco político por el que se regirían los otros países de Europa, recordó. No olvidó el importante papel de los fueros, cuya «transversalidad permitió que el de Benavente se aplicara a ciudades de Galicia y otras partes del Reino».

De su figura política resaltó «la convocatoria de las Cortes en 1188 y de unas segundas en 1202 en Benavente que reafirman lo acordado en las de León y dan una vuelta de tuerca al establecer la moneda forera, un compromiso de la Corona con las Cortes en beneficio de las ciudades, con lo que viene a instaurar el posterior control de los presupuestos» por las Cortes.

Especial mención hizo a la conquista de Extremadura se encuentra entre sus logros, «que parece que fue regalada y no, se produjo palmo a palmo y lo hizo alguien que nació en Zamora». El integrante del «Florián de Ocampo» reivindica, por todo ello, que se impulse la enseñanza en los colegios e institutos de la trayectoria de un rey que fue innovador para su tiempo, que sentó las bases de lo que sería el Estado moderno, dando voz a la emergente burguesía en las Cortes, constituidas hasta 1188 sólo por nobleza y clero.