Autóctonos y turistas han esperado pacientes estos días largas colas en los establecimientos de panadería y dulces de la capital para poder saborear las delicias típicas zamoranas, desde las codiciadas aceitadas de Semana Santa, hasta los tradicionales rebojos, pasando obligatoriamente por los ricos amarguillos. Los agradables aromas que se escapan por las puertas de estos establecimientos hacen más agradable la espera, hasta que ya dentro muchos salían con más carga de la que en un principio habían planeado, y es que, es fácil caer en la tentación.