Zamora se convierte hasta mañana en el epicentro internacional del mundo de la Molinología que dará cita a cerca de 150 especialistas. Uno de las realidades puestas de manifiesto en la primera jornada del congreso ha sido el abandono al que han sido relegados este tipo de elementos arquitectónicos de aprovechamiento del cauce hidráulico, de los que en la actualidad sólo se conservan en España una décima parte de los 22.000 molinos de agua, serrerías hidráulicas, trujales y batanes censados por Pascual Madoz en el siglo XIX.

El presidente de la Asociación para la Conservación y Estudio de los Molinos (ACEM) defiende el valor patrimonial de estos elementos arquitectónicos.

-En su charla habla desde el molino magdaleniense hasta la estación mareomotriz. ¿En qué punto está la obtención de energía en la actualidad?

-Las soluciones que en este momento se están dando son varias. La más limpia es la voltaica o solar, los aerogeneradores son otra opción, pero no son tan limpios, porque están haciendo una contaminación paisajística inevitable. Las soluciones mareomotrices o la biomasa para obtener energía de lo que desperdiciamos son otras opciones.

-¿Vamos por el buen camino?

-Es un error lo que está haciendo la humanidad en este momento. Esos intentos que se están haciendo de los aerogeneradores, por ejemplo, no significa que los que los promueven están defendiendo a la naturaleza. Lo que estamos haciendo es crear una industria. El negocio está ahí con la excusa de ser algo ecológico.

-¿Y cómo se puede resolver esta situación?

-Los políticos tendrían que hacer una campaña fuerte y unas políticas no para buscar elementos supletorios no contaminantes, sino para reducir consumos. Pero de eso no quieren saber nada y por esa vía nos vamos a estrellar. La solución es reducir consumos para no tener que necesitar nuevos generadores.

-¿Ve una nueva conciencia de conservación del patrimonio a partir del interés por la recuperación de los molinos?

-Sin duda. Además, hoy en día los estamentos públicos y políticos lo ven como un producto que se vende bien, por eso hay un interés general por parte de la gente en la recuperación del patrimonio. Gracias a eso se están haciendo unos trabajos muy interesantes.

-¿Con qué problemas se enfrentan a la hora de recuperar un molino?

-Primero está la concienciación de quién es el molino. Si es privado hay un nuevo problema, pero si es público la cosa cambia. Luego, se necesita una inversión para la recuperación, estudiar el derecho a aguas y también darle una utilidad, porque no sirve de nada restaurarlo si luego no se le da un uso. Todo eso requiere una nueva inversión, donde hay un nuevo problema.

-¿Qué le parece entonces la actuación que se ha hecho en las aceñas de Olivares?

-Las conozco y me parece fantástico. Lo que hay que hacer ahora es, a través de los medios de comunicación, dar caña para que eso se visite más. Al político, en cierto sentido, hay que engañarlo, porque si ha invertido dinero le tiene que sacar un rendimiento. Y si ve que no va nadie a visitarlo, mal asunto. Hay que hacer visitas guiadas o este tipo de congresos para darle vida. Si no, los molinos acabarán cayéndose otra vez.

-¿Conoce el patrimonio de molinos que tiene la provincia de Zamora?

-Sólo conozco los molinos de la zona de Fariza y es estupenda la labor que se ha hecho en la zona. La gente tiene que darse cuenta de que lo que tiene allí es un patrimonio y es parte de su historia. Nuestros bisabuelos iban a los molinos y la gente tiene que apoyar esas iniciativas.