Ciento catorce de los 248 municipios de la provincia no han registrado ni un solo nacimiento, incluyendo los bebés que llegan al mundo en el hospital de la capital de provincia pero cuya madre vive en el medio rural. Los datos definitivos del movimiento natural de la población publicados por el Instituto Nacional de Estadística revelan que en casi la mitad de los pueblos de Zamora no nació un solo niño, exactamente el 46% del total. En la misma estadística se reflejan los matrimonios de extranjeros, que suponen ya en la provincia uno de cada diez de los que se celebran.

En casi la mitad de los pueblos de la provincia de Zamora no nacen niños, como muestran las estadísticas de movimiento natural de la población, y la situación es aún peor cuando se analizan los datos de matrimonios, una variable íntimamente ligada a la anterior.

Los datos sobre matrimonios arrojan cifras aún más preocupantes, ya que en 139 pueblos no se casó una sola pareja, es decir en el 56% de los núcleos rurales no ha habido bodas. Las estadísticas toman como referencia el lugar de residencia de la pareja, no el lugar donde físicamente se casaron.

Con estas premisas el movimiento natural de la población, que se mide contando los nacimientos y restando a éstos las defunciones es claramente negativo en la provincia de Zamora. Todas las localidades tienen saldos negativos excepto dos: Morales del Vino, donde nacieron 25 niños más que personas fallecidas, y Trefacio, donde hubo un bautizo más que entierros. Cierto es que hay varias localidades con saldos neutros, es decir, cero, pero en la mayoría de los casos se deben a que no ha habido ni nacimientos ni defunciones.

Las grandes localidades de la provincia tampoco son ajenas a este fenómeno. De hecho, nacieron en la capital 538 bebés, mientras que por otra parte fallecieron 690 personas, con lo que el crecimiento vegetativo es negativo en 152 vecinos. En Benavente frente a 179 nacimientos se produjeron 191 defunciones, con lo que el descenso fue de doce personas. Y en Toro es donde más acusado es este fenómeno demográfico, ya que frente a 81 llegados al mundo se fueron 159 habitantes, con un saldo negativo de 78. Al movimiento natural de la población hay que sumar los habitantes que llegan a vivir a los distintos pueblos procedentes de otros lugares, incluidos los extranjeros, y restar, asimismo, lo que se van. Con estos parámetros la sangría poblacional se atenúa un tanto, ya que son más los habitantes que llegan a la provincia que los que se van.

Los extranjeros tienen también mucho que ver en el sostenimiento de la cifra de matrimonios, ya que uno de cada diez enlaces se formalizan entre parejas que tienen uno de sus miembros de fuera de las fronteras nacionales. Si en el año de referencia, 2008, se celebraron en Zamora 551 matrimonios, 57, el 10,34% contaban con uno de los cónyuges extranjeros. Zamora es una de las provincias donde el porcentaje de matrimonios extranjeros más bajo, y de hecho a nivel nacional se sitúan en un 18,72%, es decir. La mayoría de las provincias de la región están por encima de Zamora, salvo Valladolid y Palencia.