Las grandes cisternas que dominan el Teso de la Mora, en la localidad de Molacillos, sirvieron para abastecer una pequeña guarnición del ejército romano apostada en el lugar donde se eleva el territorio. Así lo asegura el experto en este tipo de construcciones, Arturo Balado, miembro del equipo de investigadores que han llevado a cabo la prospección arqueológica en la zona. La inestabilidad social en el recorrido de la villa XXVI, que unía las ciudades de Ocelo Duri y Brigesco, hizo que el ejército romano estableciera en ese territorio intermedio una pequeña guarnición, en torno a la cual hubo un reducido asentamiento de población civil.

Los grandes aljibes, con probabilidad dedicados a recoger el agua de lluvia, sólo estuvieron en uso desde el año 20 antes de Cristo, hasta el 20 D.C, un hecho que hace que los arqueólogos se planteen numerosos interrogantes, «nos sorprenden desproporcionadas dimensiones de los depósitos para el pequeño asentamiento, aunque por otro lado el ejército romano no reparaba en gastos, creemos que la zona se acabó estabilizando y ese ejército subsidiario de las tropas imperiales se marchó a otro lugar», explica Balado. Durante los trabajos, los expertos han encontrado restos de asentamientos rurales, con cerámicas de escaso valor y además han dado con el nombre de la antigua villa romana, Vico Acuario.