Los inspectores de la Junta de Castilla y León visitaron 848 bares de la provincia a lo largo del año pasado con el fin de vigilar el cumplimiento de la normativa vigente de la Ley Antitabaco. Los técnicos detectaron irregularidades en una decena de estos locales que han dado lugar a la apertura de otros tantos expedientes para investigar la posible imposición de sanciones.

Los controles tienen por objetivo comprobar que no se facilita el acceso al tabaco a los menores de edad, que los puntos de venta están debidamente señalizados y que no se permite la presencia de menores de 16 años en los. Otro de los aspectos sometidos a análisis es que los establecimientos hosteleros destinados al alojamiento tengan una reserva máxima del 30% de las habitaciones para los huéspedes que fuman.

Además, los inspectores también se encargan de analizar la separación de zonas habilitadas para fumadores que están obligados a realizar los locales de más de cien metros cuadrados, otra de las causas más comunes de infracción.

En todo caso, las progresivas ampliaciones de la Ley Antitabaco han venido acompañadas de un aumento de la actividad inspectora por parte del servicio territorial de Sanidad. De hecho, los controles realizados a lo largo del año pasado se quintuplicaron respecto a los realizados en 2008, cuando se efectuaron 167.

En el conjunto de Castilla y León, los servicios de inspección de la Consejería de Sanidad realizaron durante el año 2009 un total de 6.277 controles en los establecimientos públicos de la región, frente a los 2.452 ejecutados el año anterior. Valladolid, con 2.275 casos, concentró el mayor volumen de revisiones realizadas durante los últimos doces meses, seguida de Zamora, que se sitúa en segunda posición de la región por mayor volumen de inspecciones. A continuación figuran Ávila, con 711; Soria, con 696; y Burgos, con 421. Recibieron menor número de controles Segovia, con 362; Palencia, con 350; y León y Salamanca, ambas con 307.

Esta cantidad total de inspecciones realizadas, derivó en la apertura de 60 expedientes de los que 21 se llevaron a cabo en Valladolid; 21, en León; los diez de Zamora; cuatro, en Salamanca; tres, en Burgos, y, uno, en Ávila. De esta manera, los expedientes dieron lugar, posteriormente, a la tramitación de 23 sanciones de las que 21 fueron en León; una, en Burgos, y otra, en Ávila.

Con esta actividad, la Consejería de Sanidad cumple con el compromiso que adquirió de realizar un mínimo de 25 inspecciones aleatorias al mes en cada provincia. Estos controles se realizan eligiendo los locales que serán objeto de estudio al azar y se complementan, con las inspecciones dirigidas que se realizan en aquellos establecimientos que ya han sido objeto de la tramitación de alguna denuncia.

El tabaco es responsable de la muerte de 1.000 trabajadores de hostelería cada año, por enfermedades relacionadas con la exposición a las partículas en suspensión en los locales donde se fuma, cuya contaminación ambiental es 10 veces más alta que en la calle y excede entre cuatro y ocho veces la recomendada por las autoridades sanitarias. Estos son algunos de los resultados de un estudio realizado por el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNTP) y la Universidad de Zaragoza que ha sido presentado recientemente y que ha sido considerada la investigación más importante realizado en España de medición de partículas finas respirables procedentes del humo del tabaco en hostelería.

Aún así, los representantes zamoranos del sector han manifestado su rechazo a la ampliación de la Ley Antitabaco, que en la práctica supondrá la prohibición total de fumar en los establecimientos públicos. Según la Asociación Zamorana de Empresarios de Hostelería (Azehos) esta medida, en caso de llevarse a cabo, abocará al cierre a cerca de 200 bares zamoranos. Entre ellos destacan los negocios de menos de cien metros cuadrados, que hasta ahora podían elegir entre permitir el hábito tabáquico o declararse espacios sin humo, aunque la mayoría se había decantado por la primera opción.