El Ballet Estatal Ruso de Cheboksary representó ayer en el Teatro Principal sendas adaptaciones de la «Carmen», de Bizet y de «El amor brujo», de Falla. Fundado en 1967 por iniciativa de un grupo de bailarines, el ballet ruso tuvo desde sus comienzos el objetivo de desarrollar y difundir en su país las tradiciones de la Escuela de San Petersburgo. Se ha rodeado de importantes pedagogos que han conseguido formar un importante elenco de bailarinas y bailarines, herederos de la mejor tradición del ballet clásico ruso. En su repertorio figuran versiones de las obras maestras de la música clásica.

Para mañana, a las 20.30 horas, el Teatro Principal continúa con un espectáculo de danza, en esa ocasión con la compañía de Alicia Soto y el espectáculo «In vino veritas», un viaje lleno de emociones y estímulos diferentes. Seducción, movimiento y música navegan por la cultura del vino.