«Nos hemos tenido que inscribir para poder asistir», comentaba una madre a un padre mientras aguardaban la fila para entrar en el salón de actos de la Biblioteca Pública de Zamora con el objetivo de participar en la actividad «Todos los animales al cajón» y presentación del libro-CD homónimo, que aproxima al niño al mundo de la música, la lectura y la dramatización. «Inicialmente estaba prevista la presencia de unos 30 niños, luego, ante la elevada demanda, ampliamos hasta los 40 y finalmente estarán 50 pequeños», explicó la directora de la Casa de la Cultura, Concha González.

Yolanda Ferrero fue una de las madres que asistió con sus hijos Iker e Iván, de tres y cinco años. «Hemos acudido a algún cuentacuentos más y es una actividad que les gusta mucho. Están muy entretenidos y prestan mucha atención a cómo interpretan».

«Los cuentacuentos tienen una gran demanda», afirmó Ana Santos que acudió con sus dos hijos, aunque sólo la niña, de cuatro años, pudo participar. «El niño es demasiado pequeño», decía con él en sus brazos al tiempo que certificaba: «es una propuesta ideal para los más pequeños porque se les estimula la imaginación». «Mi hija luego me repite la historia e incluso hace un dibujo del relato».

«La música es para todo el mundo tanto para los que han nacido en Laponia o en Sudáfrica y como mejor se disfruta es cuando se hace con movimientos». Con estas palabras pronunciadas por Susa Herrera comenzó la actividad. Mientras que la especialista en Didáctica de Expresión Musical de la Universidad de Pontevedra se dirigía a los niños, su compañera Merchi Rozas comenzó a tararear la inconfundible sintonía de los móviles Nokia, lo que provocó risas entre los asistentes. «Mi compañera, muy sutilmente, le quiere decir a los papás que deben de apagar o poner en silencio sus teléfonos», concretó Herrera.

La maestra de ceremonias demandó a los niños que les dijeran animales que viven en zonas de frío, para luego comenzar a trabajar distintos movimientos con ellos, sentados en el centro del salón de la Biblioteca, y con los padres, ubicados en las sillas distribuidas en la sala. Además, Herrera, en varias ocasiones, lanzó el guante para que participasen los hombres presentes con frases como «el canto y la coreografía no va en detrimento de la masculinidad».

Las dos animadoras combinaron durante cerca de hora distintas técnicas de expresión corporal con músicas sobre los animales, desde el cocodrilo a la abeja que «les gustan mucho porque tienen estribillos muy pegadizos», atestigua Susa Herrera que explica que es una actividad en la que «trabajamos cuatro canales de información: la imagen, la palabra la música y la expresión corporal».

La propuesta para niños de cuatro a diez años volverá a repetirse hoy a partir de las 11.30 horas en el salón de actos de la Biblioteca Pública.