Ningún inmueble o ubicación del casco histórico podrá alojar una antena de telefonía móvil o estación base salvo que se trate de «elementos de pequeñas dimensiones que queden integrados en el mobiliario urbano». Así figura en la nueva normativa municipal que servirá para regular las condiciones de instalación y ubicación que deben cumplir las infraestructuras radioeléctricas de telecomunicación en el término municipal desde un punto de vista urbanístico y medioambiental «garantizando la seguridad y salubridad de la población con el mínimo impacto visual y de ocupación en el entorno», explica el edil del área, Feliciano Fernández. La normativa municipal extremará las precauciones con inmuebles «sensibles» como hospitales, colegios, guarderías o residencias, tal y como figura en el texto regulador que el Ayuntamiento tenía pendiente desde 2005.

La ordenanza, que se desarrolla en 18 artículos, contempla la creación de un registro que el Ayuntamiento elaborará de oficio en el momento en que la ordenanza cuente con la aprobación definitiva, una vez que pase por Pleno y sea de nuevo sometida a un periodo de exposición pública. En el momento actual, el equipo de Gobierno calcula que el municipio acoge alrededor de una veintena de antenas, aunque se desconoce dónde están ubicadas cada una y si todas se adaptan al nuevo texto municipal.

La aplicación de la ordenanza tiene carácter retroactivo, de modo que «se podrán cerrar de facto todas aquellas instalaciones que no tengan licencia y que no se adapten al reglamento en un plazo de medio año», advierte Fernández. Las sociedades estarán obligadas a presentar ante el Ayuntamiento un plan de implantación que recoja todas las características de la instalación así como la ubicación concreta de la antena para que la institución municipal «tenga conocimiento previo de las zonas donde se pretenden instalar y determine la idoneidad de la ubicación», explica Fernández.

Las estaciones base de telefonía móvil sólo podrán instalarse sobre edificios más altos que el resto de pisos situados en un radio de 18 metros. No obstante, podrá admitirse la instalación de antenas en las fachadas de edificios siempre que por sus reducidas dimensiones y condiciones de ubicación resulten acordes con la composición de la fachada y «no supongan menoscabo en su ornato y decoración». Además, se autorizará la instalación de pequeñas antenas sobre báculos de alumbrado, columnas informativas, quioscos o cualquier otro elemento del mobiliario siempre que el color y aspecto de la antena se adapten al entorno.

La ordenanza, que fue dictaminada ayer, no ha recibido ninguna alegación por parte de ciudades particulares, vecinos o colectivos sociales, lo que el edil del área traduce como «un alto grado de consenso social pero también político, con el apoyo de PP, PSOE y Adeiza». Sin embargo, la normativa no cuenta con el mismo respaldo por parte de las operadoras, que han presentado ocho alegaciones que cuestionan la capacidad del Ayuntamiento para regular estas instalaciones y solicitan una restricción «más ligera». Todas las propuestas han sido inadmitidas por los técnicos al entender que «todo lo relacionado con las telecomunicaciones, con la salubridad y con el control de la contaminación atmosférica es de competencia municipal».