La planta de Pediatría del hospital «Virgen de la Concha» no es como las demás. La edad de los pacientes, lactantes y escolares hasta los 14 años hace que el trabajo de los profesionales tenga un componente de humanidad y cercanía más necesario que en el resto del hospital. Eso se nota nada más entrar: las puertas de las habitaciones están decoradas con dibujos de personajes infantiles elaborados por los propios trabajadores, y por todas partes aparecen detalles -carteles, juegos- que convierten el frío ambiente hospitalario en un recinto más cálido.

La sociedad también se implica para procurar que los más pequeños tengan una estancia grata en el centro sanitario y son muchas las organizaciones que ponen su granito de arena en realizar actividades, desde Unicef o Cruz Roja hasta el propio Sacyl, pasando por otras muchas entidades. La última en llegar ha sido la Fundación «Abracadabra», cuyo responsable en Zamora es Miguel Romero, más conocido por su nombre artístico, el mago «Miguelillo». «La idea es llevar a cabo un programa que dure en el tiempo», explica «Miguelillo», en principio con un par de actuaciones al mes en el hospital -las próximas los días 3 y 17 de febrero- centradas inicialmente en la magia, pero abiertas a la incorporación de otro tipo de colaboraciones, tipo cuenta cuentos y otras.

Ayer no fue precisamente un buen día para empezar, ya que la planta estaba prácticamente vacía, a la espera de varias intervenciones quirúrgicas programadas para la jornada de hoy. Aún así, la función se celebró, y el único candidato a apreciar las habilidades del simpático artista pudo contar con una actuación para él solo, sin moverse de la cama. «La Fundación "Abracadabra" tiene su sede en Madrid. Yo antes llevaba la zona de Salamanca, y ahora, como estoy viviendo aquí, llevo Zamora. Hoy no hay muchos niños, pero bueno, con que haya uno nos vale. El objetivo es tener una continuidad, y no limitarnos a actuaciones puntuales». «Miguelillo» también actuará en otros centros, como la Asociación de Síndrome de Down, la Asociación de Sordos y Asprosub. «Se trata de pasar un rato con los niños, alegrarles un poquito». En Zamora no suele haber ingresados niños con largas estancias, ya que el tipo de problemas de salud que suelen provocar mayores tiempos de hospitalización se atienden en centros de referencia.

La patología que se atiende en Zamora es muy variada, y va desde casos de fases agudas de la enfermedad a procesos quirúrgicos.

En todo caso la planta de Pediatría cuenta con una sala de estar, con mobiliario adaptado a los más pequeños y juguetes, y recibe la visita de una profesora, que se encarga de mantener al día en lo posible a los escolares en sus estudios, para que pierdan el ritmo lo menos posible.

Una de las aspiraciones de Pediatría, indica la supervisora, es lograr el calificativo de «Hospital Amigo de los Niños» que concede Unicef y que proporciona muchas ventajas a sus integrantes. Eso sí, hace falta cumplir una serie de requisitos que de momento no son fáciles de alcanzar, pero se está en ello.

Próxima a la zona pediátrica está la planta dedicada a los neonatos, dotada de incubadoras para prestar atención a los bebés que lo necesitan y con una sala de lactancia para que sus madres puedan alimentarles.