Laura del Estal es, desde el pasado fin de semana, la nueva reina de la Casa de Zamora en Madrid, título que le hará estar este mismo sábado en el Día de la Provincia, ya que esta edición se celebra por primera vez en la capital de España.

-¿Cómo se siente en su nuevo cargo?

-La verdad es que muy bien. El día de la coronación fue muy bonito, porque vinieron amigos míos a verme y todo. Además, ya tenía la experiencia de mi hermana, que fue reina hace años y sé qué conlleva el título.

-¿Le ha dado su hermana algún consejo de su vivencia?

-Me ha recordado que tendré unas obligaciones como reina que habrá que cumplir, como ir a varios actos. Pero, sobre todo, me ha dicho que lo haga lo mejor que pueda y que siempre tenga a Zamora en la mente. Por otra parte, cuando ella fue reina, por circunstancias, no tuvo damas, y me tocó a mí y a mi amiga Raquel González, que curiosamente este año es mi dama, hacer ese papel, así que viví su año de reinado muy de cerca y sé lo que me espera.

-¿Sabe ya cuáles serán sus ocupaciones?

-Principalmente, acudir en representación a determinados actos. Ya tuve mi primera salida el sábado pasado, en una actuación de coros y danzas en la Plaza Mayor de Madrid, donde actuaron grupos de diferentes casa regionales. Y el domingo tuvimos la comida en honor a San Atilano.

-Su siguiente acto será este sábado, en el Día de la Provincia.

-Sí, estaré con toda la gente de Zamora que venga a Madrid. Otro de los actos que se suele hacer todos los años es el día de Reyes, cuando, con el grupo de baile y algunos socios, se va por diferentes residencias de Madrid para repartir regalos entre los zamoranos que están allí. El pregón de Semana Santa y las fiestas de San Pedro son otros de los actos fijos en los que participaré, además de conferencias y actividades en las que tenga que estar presente.

-¿Qué cualidades tiene que tener una reina?

-Ante todo, compromiso. El saber estar también es importante pero, sobre todo, sentir las raíces zamoranas. Tener apego a la tierra es importante, en mi caso, a la tierra de mis padres.

-Sus padres, Jerónimo y Coby, son naturales de Granja de Moreruela. ¿Va a menudo a su pueblo?

-Por supuesto, ahí estamos en verano, en Semana Santa y en Navidad, además de puentes y muchos fines de semana. Tengo allí a mis abuelos, a mis tíos y a mis primos.

-¿Le inculcaron en casa ese amor por Zamora?

-La verdad es que sí, desde pequeña se me ha enseñado a tener apego por la tierra. Todas mis vacaciones las he pasado en el pueblo y, en cierta medida, me siento muy afortunada, porque allí está gran parte de mi familia. Quizá las cosas hubieran sido diferentes y se habría perdido un poco esta sensación si no quedara familia en el pueblo.

-¿Desde cuándo es socia de la Casa de Zamora en Madrid?

-Desde hace ya trece años. Lo cierto es que entré un poco de casualidad, gracias a mi amiga Raquel, que ya lo era. Fue unas navidades, cuando la acompañé a ver un belén y luego a su ensayo de bailes regionales. Aquello me gustó mucho y nos apuntamos con mis padres y mi hermana, que el siguiente año fue elegida dama de la Casa de Zamora. Yo estuve muchos años en el grupo de danzas, aunque luego, por los estudios y la falta de tiempo, tuve que dejarlo. Mis padres son miembros de la coral y mi hermana conoció allí al que ahora es su marido.

-¿Qué otras actividades se pueden realizar en la asociación?

-Tenemos un grupo de teatro, uno de los mejores, que ha ganado varios premios. La gente también se reúne allí para jugar los fines de semana y se organizan jornadas de conferencias, como la última que tuvimos sobre la tragedia de Ribadelago. Además, la Casa de Zamora es también una zona de reunión, con una cafetería en la que sirven una raciones riquísimas y, por supuesto, típicas zamoranas.

Madrid, 1984

Con raíces en Granja de Moreruela, donde vive parte de su familia, Laura del Estal Pérez es licenciada en Ciencias Químicas por la Universidad Autónoma de Madrid y trabaja en el departamento de Calidad de la multinacional Unilever SA. Pertenece a la Casa de Zamora en Madrid desde hace trece años, junto con sus padres y su hermana, que también fue reina.