Salvador Prieto apuesta por las energías renovables como sector alternativo para superar la crisis económica. Defiende su viabilidad y su proyección de futuro a pesar del recorte de subvenciones y de de los cupos de potencia que limitan el mercado.

—Tras años de bonanza el sector inmobiliario tocó techo y atraviesa una profunda recesión, ¿puede ocurrir lo mismo con las energías renovables?

—Las energías renovables están en una situación de evolución. Estamos en un momento de reestructuración porque nos guste o no España es un país dependiente energéticamente, por lo que de una forma o de otra hay que potenciar las energías renovables. Para mí hablar de energías renovables es hablar de tecnología, empleo y desarrollo. España lo ha sabido hacer muy bien y yo estoy muy orgulloso de lo que se ha hecho concretamente con la energía fotovoltaica, pero también en la eólica, en la que tecnológicamente somos muy punteros. El año pasado España fue capaz de montar 1.000 megavatios más de potencia en fotovoltaica que Alemania. El siguiente paso sería darnos cuenta de que este tipo de energía no es cuestión sólo de grandes empresas, sino que yo puedo tener en mi propia casa mi pequeño minieólico o placas fotovoltaicas y en un momento dado cortar la luz de Iberdrola y producir mi propia electricidad. Ahora mismo siempre se produce la energía en grandes centros que tiene que llegar a los centros de consumo por lo que se producen unas pérdidas tremendas de potencia en los recorridos. Sólo se aprovecha alrededor del 40 o 50% de lo que se produce porque el resto se pierde. Sin embargo, la ventaja que ofrecen estas tecnologías es que están deslocalizadas y la fotovoltaica la que más porque se pueden montar plantas en cualquier sitio. De hecho aquí en Zamora prácticamente en cada pueblo hay una planta y ha sido una oportunidad para que mucha gente haya montado sus negocios en igualdad con otras provincias.

—¿En qué posición se encuentra Zamora en el desarrollo de las energías renovables?

—Zamora tiene una posición aceptable en el sector concreto de la energía eólica y en fotovoltaica también está bastante bien. Esta última caló bastante en el empresariado zamorano y de hecho han apostado más por ella los pequeños empresarios que los grandes grupos, por lo que se han montado bastantes plantas que han dado lugar a la creación de cierto tejido empresarial en la provincia, no sólo de grandes fábricas sino de pequeños empresarios. Dentro de la región, Zamora está mejor que León y está en las primeras posiciones. Las empresas que se han creado tienen incluso sus trabajadores y están saliendo al extranjero para vender su energía.

—¿El recorte de las subvenciones puede condicionar la evolución del sector?

—Se ha criticado muchas veces que la fotovoltaica estaba muy primada pero era fundamental para poder hacer el desarrollo tecnológico. Gracias a lo que se ha hecho antes ahora se puede producir. Por eso ahora se pueden montar plantas de energía fotovoltaica muchísimo más baratas. Las subvenciones permitieron montar plantas caras que han hecho que la gente haya desarrollado tecnología y ahora es cuando se van bajando los precios. De hecho EPIA, la asociación europea de la industria fotovoltaica, establece que en el 2020 los países del arco Mediterráneo podrán ser totalmente competitivos sin ningún tipo de prima en un 12% de la energía que genera cada país.

—¿Las energías renovables tienen viabilidad si no contaran con subvenciones?

—A día de hoy no, pero la prima que reciben hoy es un 45% más baja que hace un año o año y medio. Cada trimestre baja y no por ello dejan de montarse plantas. El único problema que existe ahora mismo y que en Zamora está enraizado es la falta de puntos de conexión o de evacuación.

—¿Cómo se puede solucionar el problema de falta de líneas de evacuación?

—El problema procede de una red de distribución que se ha quedado totalmente obsoleta. La cuestión es que en el sector de la fotovoltaica a nivel nacional no se había contado con el nivel de desarrollo que ha tenido y hay que plantearse como introducir esa energía dentro del sistema eléctrico. En Zamora como hemos tenido mucho desarrollo casi todas las líneas de evacuación están ocupadas, por lo que el pequeño promotor se encuentra con que tiene que comprar el punto de conexión que a lo mejor está cogido por alguna empresa y hay que comprárselo, por lo que se da cierta especulación en estos términos.

—¿La limitación de cupos es otra de las trabas con las que se encuentra el sector?

—Está generando un parón muy importante y a la vez una bajada de precios. Yo creo que no es el mejor sistema porque los precios bajan por sí solos. Ahora están bajando en cuanto a la retribución del kilovatio y los costes de producción. Cuanto más se construyese y más plantas fotovoltaicas se montasen más fácil sería que el precio de instalación fuero más bajo. Los analistas dicen que aproximadamente en el 2015 pueda igualarse la energía fotovoltaica al precio del consumo, que a a día de hoy no está al precio que cuesta generarla.

—¿Los largos plazos de amortización de las inversiones requeridas para montar una planta fotovoltaica pueden ser un obstáculo para los nuevos inversores?

—Ocurre lo mismo en el sector inmobiliario, que desde que construyes un edificio para alquilarlo tardas en amortizarlo. Las amortizaciones son una parte de los negocios y no considero que sean una traba de entrada.

—Negocios que en todo caso no se encuentran al alcance de todos los bolsillos por la elevada inversión inicial

—No hay que olvidar que todo está en manos de los bancos. La inversión es elevada pero hay que tener en cuenta que estamos hablando de tecnología muy alta y los materiales que se utilizan son muy caros, aunque ahora se están desarrollando algunos más baratos.

—¿El escándalo de la trama solar con la implicación de altos cargos de la Junta puede empañar el desarrollo prometedor del sector?

—No le doy ninguna importancia a este tema porque son casos que ocurren puntualmente. Son casos aislados sin menor trascendencia. En nuestra vida cotidiana también hay mucha gente que comete ilegalidades.

—El presidente de Estados Unidos incluso ha puesto de ejemplo el desarrollo de las energías renovables en España, ¿esas palabras pueden suponer un impulso añadido?

—España ha tenido un planteamiento muy interesante sobre el desarrollo de las energías renovables, pero también ha tenido un problema de inseguridad jurídica. Es un sector que ha crecido mucho y muy deprisa. La inseguridad jurídica crea inestabilidad y desde la asociación pedimos una situación de estabilidad.

—¿A qué se refiere con ese problema de inseguridad jurídica?

—Sobre todo por los cambios de regulación. En fotovoltaica desde el año 2005 ha habido tres decretos diferentes. Los papeles y trámites administrativos son larguísimos y son una gran barrera que muchas veces se prolongan un año. A ello se añade que la instalación de la planta se puede alargar otros ocho meses, por lo que cuando empiezas no sabes cuando vas a acabar. Hay muchas trabas burocráticas e inseguridades desde el punto de vista normativo porque empiezas el proyecto con una normativo y acabas con otra. No es un proceso sencillo.

—En cuanto a su cargo como secretario de la Cámara de Propiedad Urbana, ¿se ha notado un incremento de consultas o reclamaciones como consecuencia de la crisis?

—La Cámara de la Propiedad Urbana es un elemento más del mundo inmobiliario. Recibimos más consultas sobre morosidad, en la que se ha notado cierto aumento. Nuestra asesoría jurídica está trabajando bastante pero siempre más buscando soluciones que pleitos. Quizás lo que más estamos notando es la situación peculiar de Zamora en relación con el Plan General de Ordenación Urbana. Hemos constatado que tanto la Asociación de Promotores Inmobiliarios como la de Constructores tienen distintas opiniones comparten la misma postura sobre este tema porque nos perjudica a todos. Así como en energía Zamora ha sabido aprovechar las oportunidades, en en el sector inmobiliario lo estamos haciendo fatal.