Zamora perdió 233.074 habitantes emigrados al exterior durante el pasado siglo, flujos migratorios que hasta los años 30 se dirigían hacia América mientras que a partir de los años 50 cambiaron el rumbo a Europa, fundamentalmente a países como Francia, Suiza o Alemania. Los años sesenta constituyeron la época de mayor emigración, con una pérdida anual de 6.677 zamoranos por esta causa. «Y si a esto añadimos los nacimientos que se podrían haber producido en la provincia si la emigración no hubiera existido, el descenso poblacional fue superior». La afirmación está extraída textualmente del libro "La emigración zamorana a Europa en la segunda mitad del siglo XX", presentado ayer por su autora, María de los Angeles Martín Ferrero (Badilla de Sayago), licenciada en Geografía e Historia y el editor de la obra, publicada por Semuret, Luis González.

El título del libro procede de una beca del Instituto de Estudios Zamoranos.

Sin embargo, el contenido no sólo analiza la emigración a Europa en la segunda mita del siglo, sino que aborda la salida de zamoranos a otras partes del mundo, como Africa u Oceanía, un fenómeno menos estudiado, pero que arroja datos de interés. Uno de ellos es la denominada en España "Operación Marta", una serie de expediciones de jóvenes de España, Italia y Grecia que arribaban a Australia con el compromiso de pasar al menos dos años en el país y que tenían como objetivo paliar el déficit de féminas en las antípodas. Las jóvenes recibían preparación previa de inglés y cocina en un monasterio de Madrid antes de embarcar en los "aviones de las novias" como se les conocía en Australia. Al llegar allí descubrían que ni el inglés ni la cocina aprendidas les servían demasiado en aquel país.

La emigración laboral fue la fundamental, y el libro recoge detalladamente, incluso por municipios, la incidencia que tuvo en la provincia el fenómeno. Pero la autora ha encontrado también ejemplos de la que se ha dado en llamar "emigración del amor", parejas de un español o una española con un extranjero que se iban a vivir fuera y que normalmente no mantenían contacto con la colonia inmigrante. Es el caso de una mujer de Boya, emigrada a Holanda, que ya ha regresado a España.