Los inmigrantes también van a la Universidad. En Zamora, a la UNED. Porque «la cultura es un importante elemento de integración», apunta Juan Andrés Blanco, director del centro asociado. Los datos lo dicen (casi) todo: el 7 por ciento de los alumnos matriculados el pasado curso en el establecimiento educativo eran extranjeros. Y las inscripciones realizadas para el 2007-2008 confirman, y aún incrementan, esa línea. Tal sucede en el curso de acceso, con un porcentaje que se calcula en el 15 por ciento. La procedencia resulta muy variada: los continentes de Europa, Africa e Hispanoamérica se hallan representados.

«La inmigración no es muy alta en Zamora. Los últimos datos hablan de 2.900 extranjeros con contrato de trabajo en la provincia. Sin embargo, ocurre lo mismo que sucedió con los zamoranos que abandonaron su tierra: las personas de determinada edad tienen mucho interés en homologar los títulos o estudios -de tipo técnico, de Secundaria- y en acceder a la Universidad», explica Juan Andrés Blanco, director del centro asociado. Muchos encuentran dificultades para esa homologación, sobre todo en lo referido a Secundaria, y realizan, así, el curso de acceso para mayores de 25 años.

Los titulados se incorporan paulatinamente a las distintas carreras. Y los que carecen del reconocimiento académico, o que no han podido homologarlo, se incorporan a la UNED. Esta contaba, en el curso 2006-2007, con 47 alumnos extranjeros. Una parte importante de ese contingente es de Europa (32, con predominio de portugueses). El resto viene, fundamentalmente, de países hispanoamericanos (Chile, Colombia, Ecuador, Venezuela, Brasil...)., así como algunos son originarios de Marruecos, Gabón y República del Congo. Otro número significativo de alumnos debe inscribirse a aquellos que proceden de emigrantes españoles. Se trata de personas que han nacido en otros países (Francia, Suiza o Alemania).

Si el 7 por ciento de los alumnos matriculados el anterior curso eran extranjeros», los datos de este año, cuando la inscripción todavía se halla abierta, indican la continuidad de esa línea. Así, de un control de 477, lo que representa un tercio de la matrícula que se registrará al final, 31 son de nacionalidad extranjera. En el curso de acceso, muy importante, ya hay 12 de un total de 61 inscritos, lo que también eleva el porcentaje. Son de Brasil (5), del Este europeo (de Rumanía, varios), de las repúblicas hispanoamericanas (Perú, Paraguay, Ecuador, Uruguay y Venezuela)... Esto quiere decir, en términos generales, que la inmigración llega a la universidad. Porque una parte de aquella se halla compuesta por jóvenes. Y comprueba que para cualquier tipo de ascenso laboral necesitan una titulación en España. En el caso de Portugal: muchos vienen a interesarse por lo de las equiparaciones de estudios. Lusos y brasileños tienen el mismo problema: la gramática. La lengua no lo es. «Y cada vez se acerca más gente para la convalidación de estudios».

Todas esas circunstancias reflejan que la cultura fomenta la integración. «Y nos reafirma en un hecho: el curso de Acceso a la resulta muy importante, no sólo por el aspecto administrativo, que facilita el ingreso a la Universidad, sino que permite ponerles al tanto de la Lengua Española. De ahí que juegue un papel de integración y de promoción, que es muy importante. Los responsables de la UNED calculan que, por los cursos precedentes, el de Acceso registrará entre 120 y 150 alumnos. Y se estima que el 15 por ciento o algo más son extranjeros». Y en el futuro se va a ir por ahí. Es importante para aquellas personas que comenzaron estudios de Secundaria y, por la propia edad, los dejaron. Y después se dan cuenta de que fue un error. Y que hay que corregirlo de la mejor manera. Este curso incluye, sociológicamente, a quienes no pudieron acudir a la Universidad y ya tienen resuelta su situación laboral y, también, a los que vienen de otros países. Nuestros emigrantes no tuvieron tal opción». Esas gentes se dedicaron a trabajar. Ahora disponen de esta ventaja.

Ese es un factor de admisión. La vinculación al sistema educativo, al sistema universitario, no es una garantía absoluta de integración, pero representa un principio importante». Porque un problema de la integración de los inmigrantes en estas zonas radica en un hecho: se asientan muchas veces con demasiada provisionalidad. Se instalan aquí, legalizan su situación y al final, con la existencia de colectivos de sus países en las grandes ciudades, acaban trasladándose». Tal cosa ocurre con frecuencia en el medio rural. Y la realización de estudios es «un elemento de anclaje», de relación. Después se establece otro tipo de vinculaciones, y ya es más fácil «quedarse aquí».