- En su reciente intervención ante el presidente regional del PP, Juan Vicente Herrera, afirmó que no ha percibido soledad en la campaña, en alusión al PP zamorano. ¿Ha sentido la obligación de justificarse?

- No. Tengo muy claro que la verdad es la verdad y así lo he dicho. Pero entiendo que en algunos casos, imagino que interesadamente, se ha difundido esa observación. De ahí que haya querido agradecer ese apoyo constante que desde el principio he recibido del partido.

- Aunque ha insistido en que es posible ser consejera y candidata a la Alcaldía al mismo tiempo, su presencia en actos y actividades en ambas facetas, ¿le ha restado credibilidad como aspirante al Ayuntamiento?

- Compatibilizar ambas facetas ha sido absolutamente un acto de responsabilidad en este momento. Lo único que está claro es que si te presentas de candidato al Ayuntamiento cierras la puerta de lo anterior. Por tanto, la compatibilidad no ha sido más que ejercitar esa responsabilidad en el último momento de una legislatura. Lo que no se puede es abandonar ese trabajo de cuatro años al final. Además, yo creo que las campañas deben durar lo que deben durar. No entiendo que la gente deba estar en campaña electoral seis meses. Los ciudadanos saben valorar sin que se les esté bombardeando con mensajes constantemente. No es necesario más de esos quince días legales para dedicar al mensaje propagandístico.

- Bruselas reclama ahora al Ayuntamiento la devolución de 1,2 millones de euros por las obras de Valorio. ¿Si gana las elecciones va a recurrir?

- En principio voy a estudiar el tema, pero lo natural es analizar las discrepancias entre lo que el Ayuntamiento entiende que está justificado y lo que Europa dice que no lo está. Y si existe el más mínimo resquicio, lógicamente voy a recurrir. Yo tengo que hacer todo lo que sea posible por defender al Ayuntamiento.

- La Oficina Europea de Lucha contra el Fraude acaba de pronunciarse sobre las obras de Valorio, pero aún está pendiente la resolución de otra denuncia sobre las ejecuciones en el casco antiguo, entre otras. ¿Asume la gestión del anterior equipo de Gobierno y sus posibles errores?

- Cuando se asume algo se hace en la situación que está. Asumo una ciudad con sus problemas, con necesidades y con todo lo demás. Aplicaremos el mismo criterio u otro discrepante. Lo que no puedo es decir que sobre determinados problemas o polémicas yo vaya a aplicar el mismo criterio que se haya aplicado hasta ahora, pero desde luego no debo ni puedo evitar ninguno de estos problemas. Insisto en que lo que venga se estudiará y abordará con los criterios más razonables en cada momento.

- Los fondos europeos acaban, el Ayuntamiento se ha visto obligado a enajenar suelo para pagar la práctica totalidad de las inversiones y la institución apenas dispone de fondos propios. Por si fuera poco hay un nuevo edificio municipal que va a hipotecar a la institución durante años. ¿Va a tener dinero para ejecutar todo lo que ha plasmado en su programa?

- Sí. En los ingresos hay tres partes muy claras. Una es la aportación directa de los ciudadanos a través de los impuestos municipales, y que yo entiendo que es la que hay que preservar y es donde no se pueden cargar las tintas. Pero tienes otras formas de financiación. En primer lugar reclamar al Estado en los foros que corresponda el que haya una financiación mayor y estable y, en segundo lugar, buscar la colaboración de la Junta de Castilla y León. No hablo tanto de la financiación que tenga que aportar la Comunidad Autónoma sino de esas fórmulas de colaboración que son voluntarias, y que la Junta siempre asume cuando hay un proyecto serio. Cualquier iniciativa que se entienda beneficiosa para Zamora es beneficiosa para Castilla y León. Y con ese planteamiento, muy del presidente Herrera, entiendo que muchos proyectos que yo quiera abordar también contarán con la Junta de Castilla y León. No se trata de apoyar por apoyar un proyecto, sino de hacerlo con los que de verdad valgan la pena. El Gobierno central es muy sectario en sus distribuciones y la Junta no. Yo sé que por esa parte puedo obtener una financiación que me ayude a sacarlos adelante.

- Las decisiones respecto a los impuestos municipales es algo que los ciudadanos siguen siempre muy de cerca. ¿Cuál va a ser su política?

«Nunca consideraría un castigo volver a mi profesión, en el mundo de la Sanidad»

- Después de varios puestos de libre designación concurre a unas elecciones locales. ¿Es realista y asume también el riesgo del fracaso?

- Sí. En ese sentido presentarme sí que me ha descubierto un mundo nuevo. La consejería tiene un gran ejercicio de responsabilidad, pero esto es distinto porque no dependes de tu trabajo, sino de la voluntad de un señor que confía o no confía en ti. Nadie es inmune a las críticas, pero la ganancia personal es muy importante y compensa, porque pienso que si salgo es porque ha habido mucha gente en Zamora que confía en mí. La responsabilidad te la dan los ciudadanos.

- ¿Qué se plantea si finalmente se viera en la oposición?

- Yo me considero una persona de la Sanidad y del mundo de la Administración de la Sanidad. Por tanto, ese es siempre mi destino natural y un destino que me gusta. Nunca lo consideraría un castigo. Si se diera esa circunstancia asumiría volver a lo que es mi profesión, y ejercer la labor de oposición. Me gustaría, si tuviera que hacerlo, hacer una oposición distinta a la que se ha venido haciendo, porque creo en la oposición constructiva.

«Para mí el Ayuntamiento no es un tránsito, sino mi destino definitivo»

- Mi compromiso es que los impuestos deben estabilizarse y no subir, salvo en la medida en que aumenten los ingresos. No podemos nunca subir la presión fiscal de los ciudadanos, pero sí que podemos hacer muchas cosas, por ejemplo gestionar mejor ese dinero. Cuando se utiliza bien llega para hacer más cosas que cuando se utiliza mal. Por eso el planteamiento no es subir los impuestos, sino gestionarlos mejor. Hay que tener un especial compromiso con los que tienen más dificultades para pagarlos, como son los jóvenes, las personas que empiezan o los de las rentas bajas. Ahí vamos a plantear una serie de bonificaciones, porque ese es el compromiso social.

- Ya se conoce el proyecto del puente y la Junta sigue sin desvelar su compromiso económico con la obra. ¿Por qué porcentaje va a luchar si se convierte en alcaldesa? ¿Cuál le parecería razonable?

- Voy a luchar porque la Junta financie el cien por cien del puente de Zamora y estoy segura de que el presidente Herrera va a ser receptivo. No tengo ninguna duda de que va a ser sensible y va a dar todo su apoyo a la inversión.

- Los sectores culturales de la ciudad reclaman que el Museo de Baltasar Lobo vaya más allá y se convierta en algo vivo, en una especie de Museo de Arte Contemporáneo. ¿Piensa en revitalizar el proyecto para darle este nuevo impulso?

- Aunque a veces pueda parecer un tanto estático, el mundo de la cultura se mueve mucho. Y aquí podemos hablar no sólo del Museo de Baltasar Lobo, sino de otros proyectos a mejorar, como el Museo de Semana Santa, el Museo de Tapices o el de León Felipe. Uno de los compromisos del programa es la coordinación de la agenda cultural, que es algo complejo. No queremos que se concentren todos los actos culturales en una época, y apostamos por una oferta estable que permita venir a gente de otros lugares. Se puede atraer a turistas con este fin. El Museo de Lobo tiene la ventaja de su ubicación, porque además de la obra hay un lugar emblemático como el Castillo.

- En estos tres mandatos de Antonio Vázquez, sobre todo al final, se han multiplicado las plataformas contra algunas de sus decisiones. ¿Cree que doce años de poder pueden alejar a un político de la ciudadanía?

- En general sí. En el caso de Antonio Vázquez no. Somos animales de costumbres y en general creo que sí es cierto que podemos perder algo de esa ilusión o inocencia con la que llegas. Pero Antonio Vázquez ha dado pruebas sobradas de seguir manteniéndose a pie de calle. Yo he ido con él a los barrios y he comprobado el cariño que le tienen. Las plataformas tienen su sentido y normalmente se generan en contra de algo. Es cierto que muchas veces surgen de forma espontánea, pero lo malo está en la utilización política que se pueda hacer. Es cuando se pierde esa parte cívica admirable. Plataformas reivindicativas sí, pero para hacer política no. Para eso están las urnas cada cuatro años.

- PGOU. ¿Se compromete a abrir un paréntesis de consenso para que sea el Plan General de Ordenación Urbana de la mayor parte de los ciudadanos?

- Sí. Absolutamente. Entiendo que ahora mismo lo que hay es un parón de revisión. Otra cosa es el procedimiento a seguir luego, y que no está en estos momentos definido. No sé si voy a continuar con este plan asumiendo las alegaciones, o voy a iniciar un plan nuevo. Pero eso es muy sencillo. Primero reviso este plan y veo las alegaciones. Si son de suficiente entidad yo planteo un plan nuevo. Si no son de suficiente entidad asumo las alegaciones y sigo. De lo que se trata es de hacer un plan cuanto antes, porque Zamora no puede estar sin él. En segundo lugar, hay que hacer un plan que sea consensuado con quienes más tienen que decir, que son los ciudadanos y determinados colectivos, como el Colegio de Arquitectos. La fórmula va a ser la de un plan nuevo o el actual modificado. El desarrollo tiene que ir ligado al urbanismo, y por ello el PGOU y el Plan Estratégico tienen que estar en consonancia.

- ¿Se imagina igualando el récord de los doce años de Antonio Vázquez al frente del Ayuntamiento? ¿Sería esta su aspiración o hay que entender su aventura municipal como un tránsito hacia otro cargo?

- Para mí el Ayuntamiento no es un tránsito, sino mi destino definitivo. Pero es verdad que yo sí me pongo límites. Lo tengo muy claro. Entiendo que hay un periodo mucho más fértil en ideas, en trabajo y en ganas de aportar. Si todo fuera bien yo me plantearía un máximo de dos mandatos. Pero esto es una decisión personal. Además, entiendo que mi proyecto es para dos mandatos.

- ¿Está cansada del sambenito de foránea?

- Mi vida siempre ha sido Zamora. He trabajado fuera y ha sido una riqueza profesional, pero mi vida ha estado y está aquí. Este sambenito me parece irreal, porque siempre he estado vinculada a esta tierra. Ni siquiera mis hijos se han sentido de fuera. Unos se van por vacaciones y otros por trabajo, pero nunca dejas de ser de donde eres.

- Igual que se habla de programas y de proyectos futuribles, los ciudadanos quieren saber qué haría si necesitara gobernar con el apoyo de otra fuerza política. ¿Por qué estaría dispuesta a ceder una cuota de poder?

- La única posibilidad para ceder una parte de ese poder es que haya una similitud entre el programa que vaya a solicitar esa parte y el que planteamos nosotros. No hay otra opción, porque el voto del ciudadano no se vende. El ciudadano vota a una persona y a su programa. La única forma es si esa otra parte quiere aportar y sumarse al programa porque existan coincidencias. En estas cuestiones tenemos que ser muy serios. El voto de un ciudadano, como ha ocurrido en el país, no puede ayudar a que gobierne un partido que es la antítesis de lo que esa persona había votado. Hay pactos que lo que hacen es distorsionar la voluntad del votante. En ese sentido me admira la capacidad del PSOE de ser capaz de pactar hasta con el diablo. Nunca pactaría con nadie sólo por gobernar, porque eso es lo que aleja a los ciudadanos de la política.

Perfil

Rosa Valdeón

Toro (1960)

Licenciada en Medicina y Cirugía, Rosa Valdeón ha desarrollado buena parte de su carrera en el sector sanitario, primero como directora del hospital "Los Montalvos", en 1997, y más tarde como directora general de Salud Pública, entre 2001 y 2003, momento en el que toma posesión como consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades. Durante estos últimos años se ha convertido en un miembro «imprescindible» del equipo de Herrera, en palabras del responsable del Ejecutivo. Rosa Valdeón es viuda y madre de dos hijos. Decidió afiliarse al PP hace cuatro años, cuando el presidente de la Junta la incorporó al Gobierno.