Tania Sutil

Las obras ejecutadas en el solar ubicado entre las calles Orejeros y Valderrey han puesto al descubierto los cimientos de lo que fuera la iglesia y el claustro del antiguo convento zamorano de Santo Domingo, en ruinas desde mediados del siglo XIX.

La cota que alcanzará la cimentación de los pisos en construcción «permitirá mantener "in situ" los cimientos de la ruina», según indican fuentes técnicas del Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León, «lo que facilita la evolución de los trabajos». El equipo, apoyado por el gabinete arqueológico "Strato" con sede en Valladolid que trabaja desde hace años en la provincia, elabora durante estos días el trabajo de campo que «nos permitirá reconstruir la planta a través de los datos que estamos recopilando», citan esas mismas fuentes.

Un hallazgo que, según apuntan desde la delegación territorial de la Junta, «tienen un interés histórico muy relevante al suponer la reconstrucción de uno de los espacios perdidos de la ciudad». Y es que sobre esta planta «únicamente se conoce la información que recoge el plano de Coello, de manera que con este hallazgo podemos constatar del todo que ese convento existió en realidad y nos permite ubicarlo dentro del contexto urbano de la ciudad», puntualizan.

Los movimientos de tierras han provocado que cada día los operarios que construyen las 190 viviendas promovidas por Verona Norte Promotora S.L. y construidas por Dragados S.A. se topen con arena vegetal que procede del antiguo huerto del convento, abandonado por los Padres Franciscanos en 1809, fecha en la que se verificó en Zamora la entrada del ejército enemigo francés según la publicación de Antonio Piñuela Ximénez. Este mismo documento recoge que fue en el año 1219 cuando el patriarca Santo Domingo fundó en la ciudad el templo.

Por añadidura, la movilización del terreno ha sacado a la luz algunos huesos cuyo valor arqueológico se ha desechado al proceder de corderos con los que se alimentaban los dominicos que moraron en la infraestructura.

Los precedentes

La aparición de los restos hallados suponen la prolongación de unos muros encontrados durante la ejecución de las obras ejecutadas en un solar adyacente. Se trata de unas ruinas «que apreciamos cuando las máquinas ya se las habían llevado por delante y donde no pudimos hacer nada porque no nos avisaron a tiempo», indican estas mismas fuentes del área de Cultura.

Mientras, y todavía con faena por delante, los trabajos de la constructora, por una parte, y las catas de los arqueólogos, por otra, se llevan a cabo de manera paralela. Es por ello que todo apunta a que los cimientos hallados tengan su prolongación bajo la tierra que todavía queda por excavar para que, una vez hechas las catas, vuelvan a ser recubiertas por la tierra. Mientras, continúan a la espera del posible descubrimiento de nuevas joyas del patrimonio zamorano.

El paño de muralla hallado en San Bartolomé obligará a reducir la glorieta de El Riego

El lienzo de muralla descubierto en la Cuesta de San Bartolomé será «probablemente» conservado, lo que obligará a reducir las dimensiones de la glorieta proyectada al final de la calle El Riego. Ello no impedirá «conseguir el objetivo de descongestionar el tráfico», según apuntó el concejal de Urbanismo Jesús Rodríguez.

El hallazgo se produjo al derruir un edificio en la Cuesta de San Bartolomé. «Cuando se picó por las obras y se eliminaron los planos se encontró un resto de la muralla del tercer recinto amurallado», explica el edil de Urbanismo.

Tras la obligada visita de los técnicos de Patrimonio de la Junta de Castilla y León se optó por descubrir todo el paño. En la actualidad se estudia, según Rodríguez, si conservarlo o no, «aunque lo más probable es que sí se conserve».

El descubrimiento no afectará al calendario de las obras proyectadas en la zona, según el concejal de Urbanismo, pero sí probablemente al coste, que «será menor, ya que la glorieta será de menores dimensiones».

Las actuaciones descubren una de las antiguas tajeas de la ciudad

El Convento de Santo Domingo no es el único hallazgo descubierto estos días en este entorno. Las obras ejecutadas en el solar ubicado entre la calle Puentica y la Avenida de la Feria han dejado al descubierto una de las antiguas tajeas de la capital, datada en 1890. Se trata de uno de los dos colectores existentes hace más de dos siglos en Zamora, cuyo arco se conservará en el sótano de la futura construcción y quedará expuesta a los vecinos del edificio.

La idea inicial es acristalar este hallazgo para que que quienes habiten en la infraestructura a medio plazo contemplen el resto arqueológico, después de que la promotora de las viviendas haya accedido a conservar este arco a petición del grupo de arqueólogos que trabaja en estas actuaciones.