El Zamora CF atraviesa su peor momento de la temporada y para verlo solo hace falta echar una rápida mirada a los números de las últimas semanas. Desde la goleada al Sporting de Uxama (5-1) el equipo ha bajado sus prestaciones y rendimiento algo que le ha llevado a ver reducida su ventaja de once puntos a cuatro y, además, a perder el golaverage con el CD Palencia, que ahora mismo se sitúa como segundo clasificado. Ha sido una bajada paulatina en un mes absolutamente aciago para los intereses de los de Balta y es que en cinco partidos han encajado dos derrotas, un empate y dos victorias, 7 puntos de 15 puntos en juego, unos resultados que han salido caros.

Todo comenzó el 31 de enero cuando el Zamora CF se vio obligado a sellar las tablas con el Almazán (1-1) y la renta que tenía con sus perseguidores bajó hasta los nueve puntos, y una semana más tarde a seis, tras caer por la mínima ante el GCE Villaralbo. Los rivales directos no fallaban y a pesar de las victorias frente a Santa Marta (0-1) y Atlético Tordesillas (2-0) la renta no pudo ampliarse. La situación empeoró este pasado fin de semana y es que la ventaja disminuía aún más, hasta los cuatro puntos actuales, tras perder con el CD Palencia, otro aspirante al título de campeón que les superó en un mal encuentro de los capitalinos.

Hoy comienza un nuevo mes y los rojiblancos están seguros de que se conseguirá hacer borrón y cuenta nueva y es que el mensaje tras el encuentro en La Balastera era el mismo: siguen dependiendo de ellos mismos para cumplir con el objetivo.

Josema admitía tras el choque del domingo que, a pesar de la rabia por la derrota, "estamos a cuatro puntos y son dos partidos, y un partido menos que disputar. Tenemos que ganar en casa esta semana (Bembibre) y seguimos dependiendo de nosotros. Vamos a pensar que queda un partido menos y seguimos líderes, esta es una semana nueva". En cuanto a la sensación que reinaba en el vestuario el defensa central indicó que "el equipo trabajó bien y lo intentó hasta el final, incluso con diez".

Coque, por su parte, también reconocía que apenas se vieron ocasiones durante los noventa minutos de juego "por parte de ambos equipos y ellos nos marcaron el segundo a la contra, cuando el equipo estaba volcado". Lo que también dejó claro el rojiblanco es que "dependemos de nosotros mismos, no tenemos que bajar los brazos, quedan once partidos que son once finales".

Así, tras la jornada de descanso de hoy, los jugadores volverán a la carga el miércoles para preparar un encuentro en el que el entrenador, que hizo una llamada a la tranquilidad, no podrá contar con dos de sus pesos pesados. Rubén Moreno, el pichichi del equipo con 18 goles, vio la quinta cartulina en su cuenta particular y deberá cumplir un partido de sanción, mientras que Vílchez también está amonestado, en este caso tras ser expulsado por doble amarilla.

Se trata de un contratiempo importante para una plantilla que, a pesar de su calidad individual, es, claramente, corta de efectivos, aunque en el cuerpo técnico confían en el que no sea un problema y poder superar este obstáculo ante Bembibre.