El Zamora dio un nuevo paso adelante en su carrera hacia el título liguero del Grupo VIII. El combinado de Balta prosigue sin contratiempos su aventura hacia la categoría de bronce del fútbol nacional, y ayer se vivió una nueva muestra de ello. Los zamoranos echaron mano de su inmensa pegada para enviar a la lona a un correoso Burgos Promesas, que le complicó bastante la vida en el primer acto, y los rojiblancos subieron tres nuevos puntos a su casillero particular.

Los del Ruta de la Plata, sin sorpresas en su once, saltaron con las ideas muy claras al terreno de juego. Balta había alertado a los suyos de la batalla física que les esperaba frente a un rival joven que se deja el alma en cada contienda y, además, los zamoranos tuvieron que hacer frente al hándicap de jugar a mediodía.

Tras unos instantes de tanteo, con los dos rivales tratando de arrimar el ascua a su sardina en el control por la zona ancha, el Zamora golpeó a su oponente en su primer acercamiento peligroso al área local. David Álvarez, en una buena acción personal, fue el encargado de hacer subir el 0-1 al electrónico cuando apenas se habían disputado los diez primeros minutos del envite. El habilidoso punta recogió un balón pegado a la banda izquierda y protagonizó un slalom hacia la corona del área driblando contrarios. En la frontal soltó un derechazo seco y cruzado que tocó en la cara interna del poste y se alojó en el fondo de las mallas. Máxima eficacia.

El Zamora ya tenía el partido donde más le convenía, y pudo incrementar su diferencia poco después en un buen centro tenso de Edu Ruiz desde la línea de fondo que David Álvarez, un auténtico quebradero de cabeza para la zaga local en el primer acto, cabeceó en plancha en el segundo palo. Su testarazo no encontró los tres palos.

Esta acción hizo despertar al Burgos Promesas, que se hizo con el control de la situación hasta llegar al descanso. Su enorme intensidad y fuerte presión le permitió poner en bastantes aprietos a la zona de creación de los locales. Y tras las recuperaciones, los burgaleses se lanzaban en contras eléctricas en busca de la meta de Miguel. De hecho, fueron capaces de generar mucho peligro ganando la espalda a la retaguardia zamorana en balones en profundidad por ambas bandas, con Manza y Varo muy activos.

La primera oportunidad del Promesas llegó en el minuto 26, en una acción a la contra que inició Dani Burgos abriendo hacia Manza por el costado izquierdo. El centro de este último llegó a los pies de David en la otra banda, pero su disparo raso y cruzado salió muy flojo y lo detuvo sin problemas Miguel que estuvo sublime en su actuación.

Acto seguido, pudo establecer la igualada en el marcador Varo, quien empalmó con su pierna zurda a la media vuelta desde el vértice del área chica. El balón se colaba junto al poste, pero allí apareció Miguel con una gran intervención con las piernas para enviar el cuero a saque de esquina (uno de los múltiples que botaron los locales en este primer acto).

A la media hora de juego, Pana entregó un balón en el saque de puerta con la mano a Rubén, quien vio la posición de su compañero David Álvarez, cuyo disparo en esta ocasión salió muy flojo y centrado.

Ya al borde del descanso, los locales respondieron con un cabezazo en el segundo palo de Óscar en un saque de esquina botado por Viti que Valverde despejó a córner.

La película varió notablemente su guion en el segundo acto. El Zamora recuperó la iniciativa en el juego desde el primer minuto, cuando Rubén Moreno estuvo poco acertado en dos remates consecutivos en el interior del área repelidos por la defensa naranja.

Acto seguido, tras una falta lateral botada por Manu Moreira el lateral Edu Ruiz enganchó una volea desde la frontal que desvió mínimamente Juanan, pero Pana salvó in extremis.

Tras los avisos, llegó el tanto de la tranquilidad para el Zamora que finiquitó la contienda en dos minutos. Primero al aprovechar, gracias a su presión en campo contrario, un error en la salida del balón de Jairo. Aarón centró desde la derecha al punto de penalti, donde Rubén Moreno, libre de marca, tuvo tiempo de controlar y colocar el esférico lejos del alcance de Pana. El partido comenzaba a estar bien encarrilado para los intereses visitantes.

Y sin tiempo para que los locales se recuperaran del varapalo, los de Balta robaron de nuevo un balón en el centro del campo y montaron una contra de tiralíneas lanzada por Vílchez sobre el costado izquierdo. Allí controló Manu Moreira, quien en veloz carrera se plantó solo ante Pana, al que batió con un disparo raso y cruzado. El meta llegó a tocar el balón pero no pudo desviarlo lo suficiente.

El tanto supuso un varapalo para los burgaleses, que nunca bajaron los brazos, aunque perdieron el orden y la concentración y se dedicaron a buscar la meta del Zamora con el corazón en la boca pero mucha precipitación en las piernas. Juan pudo reducir diferencias minutos más tardes, pero su disparo en el interior del área chica lo repelió Miguel con el cuerpo.

Los zamoranos bajaron el pistón y dejaron hacer a su oponente, que se mostró romo en los últimos metros. En el tramo final del encuentro, Martí condujo una buena contra en la que cedió el balón a Pekas, quien con todo a su favor fue presa de las dudas y su tímido derechazo se quedó a medio camino entre un pase y un disparo. Y ya con el tiempo cumplido Pekas abrió a la derecha sobre Juan, quien paró el balón y se sacó un potente derechazo que Miguel despejó a saque de esquina.

El Zamora, por lo tanto, pudo sumar una nueva victoria que le permite dar un paso más hacia su primer objetivo; ser campeón de Liga.