El Zamora C. F. inicia un nuevo año con las ideas claras, y es que en esta ocasión no hay dudas sobre el objetivo a lograr en los próximos meses, el regreso a Segunda División B. El club rojiblanco ha dejado atrás un año en el que se cumplieron los peores augurios. Fue el 17 de mayo de 2015 cuando se dijo adiós a la Segunda B y se consumaba un descenso del que hay que aprender, y que llegó tras meses de zozobra y malos resultados que llevaron al equipo directo al pozo, y es que desde enero no se consiguió, ni de lejos, una regularidad positiva en el terreno de juego y cuando se quiso reaccionar, fue tarde. Tras el varapalo que supuso la vuelta a Tercera División, después de 16 años de bronce, la maquinaria del club se puso a funcionar en busca de recuperar la categoría, algo que se ha convertido en un reto al que nadie renuncia y que comparten directiva, plantilla, cuerpo técnico y, por supuesto, unos socios que quieren recuperar una ilusión que muchos también perdieron.

Con Balta al frente del banquillo se compuso una plantilla para ello, para estar arriba y devolver al equipo al lugar de donde nunca debió salir, pero nada es un camino de rosas y la realidad de la Tercera fue plato difícil de digerir. El arranque de esta temporada 15-16 no fue ni el previsto, ni el deseado. Dos empates ante la Gimnástica Segoviana y el Burgos Promesas, una victoria en casa del Uxama y una derrota ante el Almazán en el primer mes de campeonato despertaron las alarmas en un vestuario con calidad pero que no terminaba de acoplarse y es que son muy pocos los jugadores que se mantiene de la pasada campaña, una circunstancia que también se demostró con la eliminación de la Copa Federación. A partir de la quinta semana de competición todo empezó a engranarse y tras un triunfo en casa del GCE Villaralbo, en lo que fue un derbi para la historia, y un empate ante el Atlético Tordesillas, el Zamora C. F. inicio su mejor racha con números de récord que le llevaron acumular diez victorias consecutivas que se vieron frenadas con un reparto de puntos ante el Cristo Atlético con el que se despidió el año.

Sin embargo, a pesar de ese empate que parece un tropiezo, los buenos números anteriores permiten a los de Balta situarse líderes desde hace muchas jornadas y coger renta respecto a otros aspirantes al título, una ventaja que ahora es de siete puntos. Los datos registrados también han permitido que futbolistas brillen a título individual como es el caso, entre otros, de Rubén Moreno, con 14 goles en su hacer que le colocan como pichichi del grupo.

No obstante, y a pesar de las buenas sensaciones que ha conseguido plasmar el equipo, el entrenador mantiene firme su discurso sobre que "todavía no se ha hecho nada", y no le falta razón y es que queda toda una segunda vuelta por delante para después afrontar un "play-off" del que hay que salir victoriosos. Con todo, se presentan meses de mucho trabajo y esfuerzo para una plantilla rojiblanca que sabe lo que se le viene por delante pero que está dispuesta a hacerle frente con tal de volver a ser de bronce.