El Zamora CF vivió ayer la cara y la cruz ante el Real Valladolid en un nuevo partido amistoso. Los rojiblancos sellaron una gran primera mitad ante un equipo de superior categoría, frente al que se adelantaron en el marcador y se mostraron serios y sólidos, pero tras el descanso el cansancio, el esfuerzo típico de estas fechas y los errores propios pasaron factura con un resultado en contra que fue demasiado castigo y es que a los rojiblancos les cayeron media docena de goles.

Casi tres meses después, el Ruta de la Plata volvió a abrir sus puertas para rendir homenaje a Agustín Villar. Era el cuarto partido de pretemporada para el cuadro de Balta y esta vez ante un Segunda División como el Real Valladolid, donde también militó el eterno capitán rojiblanco. Tras el descubrimiento de una placa en la puerta 4 del estadio (número de dorsal que lucía Agustín) y de un emotivo acto en el centro del campo en su recuerdo, comenzó un nuevo encuentro de preparación de los zamoranos. Los blanquivoletas, como estaba previsto, quisieron llevar la batuta de este amistoso desde el inicio y el primero en asustar fue Ángel con un buen disparo que Cristian, que jugó de central, sacó casi en línea de gol. La primera aproximación local llegó a balón parado con una falta bien botada por Manu Moreira, que despejó la defensa visitante. A raíz de esa jugada, el Zamora CF se quitó complejos y David Álvarez pudo lucirse con un buen taconazo que el meta rival envió a córner. El Zamora estaba lanzado e iba tirar de calidad ante su público como consiguió hacer Manu Moreira que, tras una apertura de Rubén Moreno, selló un centro perfecto que David Álvarez remató a placer enviando el balón al fondo de la red.

Fue el primero gol rojiblanco en casa de esta nueva etapa y el público presente, alrededor de medio millar, lo celebró con los primeros aplausos de la tarde. Los pucelanos siguieron manteniendo la posesión aunque sin demasiados apuros para Miguel que por segundo partido salió desde el comienzo. Su mejor intervención llegó pasada la primera media hora al repeler un buen cabezazo de Ángel a la salida de un córner.

Era la recta final y el Valladolid buscaba la igualada antes del descanso e incrementó su dominio aunque la efectividad no estaba de su lado. Mientras, los locales se mostraban sólidos y estaban dando una buena impresión, no solo por el resultado a favor. Antes del pitido, también se vio una buena contra que inició David Álvarez con prolongación y centro de Moreira y que terminó con un disparo alto de Coque con el que prácticamente enfilaron vestuarios.

La reanudación no pudo tener un peor comienzo cuando a las primeras de cambio el Valladolid puso la igualada tras un buen centro de Guzmán, que superó a Jon Andoni (que salió en la segunda mitad), y que Rodri aprovechó para anotar cuando no se había cumplido el primer minuto de juego. Fue la antesala de lo que iba a acontecer. Parecía que en esta parte iba a tocar sufrir mucho más y es que se veía a los pucelanos más entonados, como volvió a demostrar Rodri anotando el segundo a los siete minutos. La carga física se dejaba ver en el cuadro de Balta, al igual que los nervios, con atisbo de tangana que el árbitro solventó con las primeras tarjetas del amistoso. La superioridad visitante se hacía a cada minuto más clara y Alfaro lo dejó patente al poner 1-3 en una buena contra. El Zamora CF estaba menos fresco y menos fluido en su juego, con errores continuos, y el Valladolid campaba a sus anchas por el Ruta de la Plata. Estaba claro que en esta segunda mitad los minutos acumulados estaban pesando en las piernas de los jugadores. El técnico local dio entrada a gente más fresca como Ioritz y Carlos Valverde, mientras que los blanquivioletas, tras el tercer gol, levantaron el pie del acelerador aunque sí sacaron rendimiento de sus llegadas para que Caye hiciera el cuarto. Para el Zamora CF el partido estaba más que acabado y es que en la segunda parte el bajón físico era una realidad que se plasmaba en un marcador en contra demasiado abultado. Tanto es así que Timor y Alfaro pusieron la guinda a una segunda parte para olvidar pero de la que seguir aprendiendo.