Roberto Aguirre tiene claro que el partido de esta semana ante el Burgos es un duelo que tiene más trascendencia que otros ya que, en su opinión, "hay determinados factores que dan importancia al partido" como el hecho de jugar en casa o ser el último que la afición zamorana podrá disfrutar en su estadio en este 2014.

"El choque del domingo es un partido importante porque son tres puntos que se juegan ante un rival directo y en casa. Tres puntos que, de sumarlos, nos permitirán dejar a un adversario a una diferencia considerable en la tabla y cerrar con buen sabor de boca el año", explicaba el técnico asturiano sobre un partido que, sin embargo, no será nada sencillo para el Zamora pues Aguirre ve en el Burgos CF "un equipo con gente peligrosa en ataque, que compite bien y que se posiciona sobre el campo de forma muy compacta".

Un adversario que "tiene cosas en común con el Real Avilés", aunque el entrenador rojiblanco tiene claro que "este es un partido diferente al de la pasada semana". "Siempre hablamos un poco del partido que dejamos atrás y se analiza pero no debemos trasladar de forma concreta lo sucedido en Avilés a este choque. Nosotros tenemos que centrarnos en nuestro juego, procurar estar fuertes en todas las facetas y encontrar una buena línea de actuación dentro del partido. Y para ello, buscamos perfeccionar nuestro estilo, nuestros mecanismos", puntualizaba el entrenador.

Quizá por ello, Aguirre no plena ninguna fórmula especial para frenar a uno de los goleadores de la categoría, el jugador del Burgos CF Cristian, sino que prefiere "trabajar para poder controlar a todos los jugadores del equipo rival y no solo a uno", ya que "quizá uno meta los goles pero también se debe tener en cuenta quienes le dan los balones para ello". Y mientras trabaja para que el Zamora CF pueda salir vencedor de su último duelo en este año, Aguirre observa la evolución de dos de sus jugadores: Gavilán, que ayer completó la sesión de entrenamiento, y Carrillo, que realizó solo una parte.