Samsung Electronics ha instado este lunes a los propietarios de los Galaxy Note 7, tanto de los originales como de los reemplazados, a apagar y dejar de usar los aparatos.

La compañía suspendió las ventas globales del teléfono, así como los reemplazos que comenzó hace unas semanas, mientras investiga las igniciones que afectan a los dispositivos debido a baterías defectuosas.

El gigante surcoreano de la electrónica afirmó que trabajará "diligentemente" con las autoridades reguladoras para solucionar la situación.

La compañía, que detuvo recientemente la producción del 'phablet' tras informarse de incendios en dispositivos distribuidos para reemplazar a su vez a modelos afectados por una avería de este tipo, tomó esta decisión porque la seguridad de los consumidores es su "máxima prioridad", según explicó en un comunicado.

Samsung comenzó a vender el teléfono el pasado 19 de agosto, pero a principios de septiembre anunció una retirada sin precedentes tras informarse de más de una treintena de casos de igniciones en algunos terminales en diversos países.

A la llamada a revisión le siguió a mediados de septiembre la entrega de reemplazos que, no obstante, varios medios han informado que han sufrido incendios en Corea del Sur, Estados Unidos o Taiwán.

La semana pasada dos de los grandes operadores de telefonía móvil en Estados Unidos, AT&T y T-Mobile US, dejaron de vender las nuevas unidades del Note 7 -teóricamente no afectadas por la avería- ante los cinco nuevos casos de incendio que se han reportado en ese país.

En Europa, donde estaba previsto que las ventas del terminal se retomasen el 28 de octubre, ya el lunes, tras el anuncio del cese de producción, Vodafone y Orange anunciaban la interrupción de las preventas de los dispositivos, una suspensión que Samsung solicita hoy que operadoras y minoristas realicen en todo el mundo.

La decisión de Samsung de detener las ventas ha afectado a la cotización de las acciones del conglomerado en la Bolsa de Seúl, donde a las 9.46 hora local (0.46 GMT) el precio de los títulos de la compañía caían un 3,93 por ciento hasta los 1.615.000 wones (1.302 euros/ 1.449 dólares).