Facebook ha negado que use la localización del 'smartphone' del usuario para realizar sugerencias de amistades, según se ha explicado la compañía tras la última polémica que ha surgido en torno a los métodos que emplea para mostrar posibles conocidos.

Una publicación de 'Fusion' el lunes recogió, a partir de las declaraciones de Facebook, que la red social había empleado la localización desde el móvil del usuario para sugerir contactos. El mismo medio ha explicado este martes, un día después, que un portavoz de la compañía ha negado estos métodos.

La historia comenzó cuando la redactora de la noticia, Kashmir Hill, conoció a un hombre que le había comentado que, en un encuentro para padres de adolescentes suicidas, la red social le sugirió como amistad uno de los otros padres, con el que no tenía nada ni nadie en común. Salvo el estar en el mismo lugar, en el mismo momento. Entonces, el hombre le preguntó si sabía si Facebook sugería personas por el lugar en el que se encontraban los usuarios.

Hill decidió preguntar directamente a Facebook a través de un email. Alguien en la compañía le respondió que sí, que la localización era uno de los métodos que utilizan.

Ésto no gustó a muchos de los usuarios de la red social, dado que entienden que es una violación de su privacidad, una táctica similar que en la noticia, un analista en seguridad identificó con el modo de proceder de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA).

No obstante, el lunes por la noche, cuando ya se había publicado la noticia, Hill recibió otra explicación de Facebook, en la que la compañía se retractaba y negaba el uso de la localización del móvil.

Según Hill, Facebook sí le ha confirmado que a finales de 2015, la compañía inició unas pruebas en las que de forma temporal empleó la localización para sugerir amistades, pero que nunca llegó a los usuarios.

De cualquier forma, Facebook ya emplea la localización para dirigir la publicidad y mostrar comercios. Aunque si lo usa para localizar personas, según Hill, podría estar violando un acuerdo con la Comisión Federal de Comercio, por el que los usuarios tendrían que dar su consentimiento explícito.