El valor comercial de los datos sobre la actividad de los usuarios que recogen buscadores como Google y la polémica en torno a la información que acumulan redes sociales y teléfonos inteligentes son razones suficientes para repasar algunos consejos prácticos para mejorar la privacidad online y afrontar el debate social que exige.

1. Seguridad elemental

No facilite sus datos reales on line si no es imprescindible y está seguro de que trata con un sitio fiable. Reserve el e-mail principal para los contactos seguros y eche mano de un e-mail secundario para el resto. Active el firewall del ordenador contra accesos indeseados desde internet. Y si tiene wi-fi en casa, póngale contraseña.

2. Navegador privado y fiable

Utilice el modo privado del navegador o borre manualmente su rastro si otros usuarios usan su ordenador, y no almacene contraseñas de forma automática. El modo https del navegador hace más fiable la conexión con muchos sitios web.

3. Cookies y do not track

Elimine periódicamente las cookies que se instalan en el ordenador al navegar. Firefox 4 fue el primer navegador con función Do Not Track, que impide a las empresas publicitarias seguir la actividad en la red. Use programas antyspyware –hay muchos gratuitos– para limpiar el equipo de posibles agentes espías.

4. Redes sociales

Ajuste su perfil en las redes sociales a los datos y los niveles recomendables y limite el acceso a ellos a personas conocidas. Sitios como profilewatch.org analizan el grado de privacidad de la cuenta en Facebook, mientras que reclaimprivacy.org/ y reppler.com aportan herramientas para controlar la imagen. Last Night Never Happened ("anoche nunca pasó"; arriba, el icono) es una aplicación que permite borrar fotos y mensajes publicados en Facebook y Twitter y que se desea eliminar (http://lastnightapp.com/).

5. Equilibrio

Buena parte de los servicios del futuro –ofertas personalizadas, anuncios en función de la localización, intercambio inmediato de información– precisarán datos de los usuarios. Este argumento, con todo, debería convivir con el derecho a elegir el grado de anonimato. La privacidad total en la red no existe, pero descuidarla puede ser fatal.