La explosión de la energía y la hiperactividad que se produce al tomar cocaína es un reflejo más preciso de lo que está pasando en el cerebro de sus consumidores, según encuentra un estudio publicado en la revista 'Cell Reports'.

A través de experimentos en ratas expuestas a la cocaína, los investigadores trazaron la red de circuitos que causan la enorme activación de las neuronas que producen dopamina, un neurotransmisor que regula el movimiento y la emoción.

Los resultados también ayudan a explicar cómo el consumo de cocaína finalmente conduce a la desensibilización. Los investigadores utilizaron moléculas trazadoras para seguir la actividad eléctrica en el cerebro en ratas expuestas a la cocaína y vieron que un centro de neuronas de la amígdala extendida (motivación/centro de aprendizaje del cerebro) actúa como un enlace entre la activación del subículo ventral (centro de la adicción en el cerebro) y la liberación hiperactiva de la dopamina.

Con el tiempo, el incremento de la activación de una parte clave de la amígdala extendida -el núcleo del lecho de la estría terminal- produce un aumento de larga duración en la transmisión de señales a las neuronas que generan dopamina de manera que las ratas se volvieron insensibles a la cocaína. Dado que este cambio se produce dentro de la amígdala, puede explicar algunos de los efectos a largo plazo sobre el comportamiento y la motivación que se dan después de un uso prolongado de la cocaína.

"Desentrañar el circuito neuronal y la caracterización de los mecanismos sinápticos por los cuales el subículo ventral altera la excitabilidad de las neuronas de dopamina es un primer paso necesario para entender los cambios de comportamiento resultantes inducidos por la cocaína", dice el autor principal, François Georges, de la Universidad de Burdeos, en Francia. "Demostramos que el subículo ventral recluta a los núcleos del lecho de la estría terminal para llevar a un hiperactividad persistente de las neuronas de dopamina y el control de la actividad inducida por la cocaína".

Sorprendentemente, una sola estimulación del subículo ventral (que dura aproximadamente 10 minutos en una rata anestesiada) tuvo el mismo impacto en las neuronas del cerebro y de la dopamina que una inyección masiva de cocaína. Estos efectos duraron hasta cinco días y plantean la posibilidad de que las neuronas productoras de dopamina se pueden cambiar para responder de manera diferente a los estímulos.

Además de proporcionar conocimientos sobre los circuitos involucrados en la adicción a las drogas, los resultados podrían ser útiles para comprender e incluso cambiar la percepción de las recompensas naturales; por ejemplo, las relacionadas con la alimentación o el ejercicio, lo que planean perseguir los autores en el siguiente paso.