Conocer un poco mejor las enfermedades infecciosas, el funcionamiento de los fármacos y las diferencias entre antibióticos y antivirales puede hacernos más conscientes de la importancia de un uso racional y de las razones médicas que exigen seguir bien el tratamiento y no automedicarnos cuando existen procesos víricos.

Según señala Iván Espada, del Departamento de Productos y Servicios del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), la resistencia a los antibióticos y el abuso de este tipo de fármacos es una cuestión social en la que todos formamos parte del problema pero también de la solución.

El farmacéutico del CGCOF, que apunta la gran presión social existente en la prescripción y dispensación de estos fármacos, ayuda a responder algunas de las cuestiones más comunes sobre el uso y el abuso de los antibióticos.

1.¿Cómo se relacionan virus, bacterias e infecciones humanas?

Un gran número de enfermedades humanas tiene su origen en virus o bacterias de tamaño infinitesimal que sólo pueden observarse a través de un microscopio de muy alta potencia.

Las bacterias son los microorganismos vivos más presentes en nuestro planeta y habitan todo el organismo humano, sobre todo la piel, el tubo digestivo y todos los orificios del cuerpo. Cualquier bacteria tiene el potencial de producir una infección, sin embargo, esta capacidad agresora se ve autolimitada por su ambiente y el resto de bacterias con las que convive en el organismo. Gracias a este equilibrio, humanos y bacterias se benefician de esta convivencia.

Los virus son agentes infecciosos que necesitan de otros microorganismos o células para multiplicarse. Son más pequeños que las bacterias hasta el punto que tienen la capacidad de entrar y salir de éstas. Entre los virus más conocidos están los del Sida, la gripe, la rubéola, la varicela, el sarampión o la viruela.

2. ¿Cuáles son los antibióticos más comunes?

Entre los antibióticos más prescritos están los betalactámicos (penicilinas), los macrólidos (eritromicina) y las quinolonas (las de última generación como el norfloxacino). En el ámbito hospitalario es común el uso de los aminoglucósidos, que deben ser muy controlados debido a que se administran por vía intravenosa y pueden presentar reacciones adversas como daño renal o pérdida auditiva en dosis elevadas.

3. ¿Cuáles son sus mecanismos de actuación?

Cada antibiótico actúa de forma distinta y por eso pueden combinarse. Los principales mecanismos de actuación son de dos tipos:

Antibióticos que destruyen la membrana que rodea a la bacteria y hacen que explote (penicilina).

Antibióticos que interfieren con la síntesis de proteínas de los procesos vitales de la bacteria (macrólidos) o que impiden la replicación del material genético (quinolonas) y por tanto su proliferación.

4. ¿Por qué los antibióticos no son útiles contra los virus?

Debido a estos mecanismos de actuación, los antibióticos no pueden ser útiles frente a los virus ya que se dirigen a las membranas bacterianas que poseen características distintas a las que tienen los virus o a los procesos internos que permiten la vida a las bacterias que no existen en los virus. Los antivirales tienen efectos específicos contra los componentes de los virus, rutas que no existen en las bacterias y por tanto que no son útiles para las infecciones que éstas producen.

5. ¿Por qué no debo suspender el tratamiento?

Además, los antibióticos se pueden dividir en bactericidas, que eliminan directamente a las bacterias, y bacteriostáticos, que no matan a la bacteria pero que impiden que se reproduzca y dejan al organismo humano que se deshaga de ellas. De ahí también la importancia de no suspender el tratamiento porque aunque los síntomas desaparezcan el fármaco y el organismo necesitan un tiempo para eliminar todas las bacterias o para que el organismo se deshaga de ellas.

Cada antibiótico y mecanismo de actuación dependen del principio activo empleado en el medicamento y el tiempo que permanezca en sangre a niveles de concentración suficientes para actuar frente a la bacteria causante de la infección.

Así, cada fármaco posee unas características que intervienen en cómo el organismo absorbe el medicamento y lo elimina de la sangre. De ahí la importancia de seguir las indicaciones del médico.

6. ¿Por qué se emplean antibióticos de amplio espectro?

En cuanto a las infecciones, en pocas ocasiones se puede llegar a conocer qué microorganismo las produce ya que existen infinidad de posibilidades y cuando se trata de casos leves un único tipo de antibiótico puede combatir la gran mayoría de ellas.

En los casos más graves que suponen una hospitalización se opta por emplear uno o dos antibióticos con mecanismos de actuación distintos para frenar la infección. En determinados casos, cuando el tratamiento antibiótico no ha funcionado ya están disponibles los datos de laboratorio que permiten el uso de los dirigidos a bacterias específicas.

7. ¿Por qué existen los efectos secundarios?

Todos los fármacos, incluso las plantas medicinales, tienen efectos secundarios, señala Espada. "Por eso es labor del médico evaluar al paciente y su situación para prescribir los antibióticos más idóneos y tener en cuenta que los beneficios superen los efectos secundarios de la administración del fármaco", explica el especialista.

Todos los fármacos que están en el mercado han pasado por rigurosos controles de seguridad y la reacción adversa más peligrosa del antibiótico siempre es la resistencia que pueda generar, es decir, los antibióticos eliminan las bacterias que nos protegen y permiten que crezcan las que no son sensibles a estos antibióticos y este es un efecto adverso que siempre se produce.

8. ¿Son útiles los probióticos?

Los principales efectos secundarios de los antibióticos son de tipo digestivo ya que en la mayoría de los casos los fármacos se toman por vía oral. Al llegar al sistema digestivo los antibióticos eliminan las bacterias que ayudan a la digestión por eso en muchos casos días después se puede sufrir diarrea. Sin embargo, el organismo se recupera en pocos días, por lo que aunque las probióticos pueden ayudar no son imprescindibles para esta recuperación.

9. ¿Cuál es el efecto adverso más grave?

Los antibióticos los producen las bacterias para defenderse de otras y este mecanismo de actuación lo ha imitado el ser humano para desarrollar los antibióticos que le protegen de las infecciones bacterianas. Sin embargo, ante los antibióticos existen bacterias que consiguen aprender a defenderse de sus componentes, se hacen resistentes y consiguen sobrevivir.

Así, aunque los antibióticos eliminen la infección a la que van dirigidos pueden dar lugar a que otras bacterias que son resistentes ocasionen una infección al encontrarse en un ambiente en el que se ha eliminado al resto de bacterias competidoras existentes. De este modo, los antibióticos eliminan las bacterias que nos protegen y hacen que crezcan las que no son sensibles a estos antibióticos.

10. ¿Cómo aumenta la resistencia a los antibióticos?

Cuando se emplean antibióticos para combatir un proceso vírico no sólo no se consigue eliminar el virus sino que se abre la vía a nuevas infecciones causadas por las bacterias resistentes a los antibióticos que sin el resto de bacterias capaces de limitarlas pueden causar una nueva infección.

Cada vez que una persona emplea un antibiótico, sea indicado o no su uso, aumenta la cantidad de bacterias existentes en el ambiente resistentes a estos fármacos.

De ahí la importancia del uso responsable de los antibióticos, cuantas más bacterias resistentes a los antibióticos existan en la población mayor es la probabilidad de que se produzcan infecciones que no se puedan combatir con los métodos convencionales.