Investigadores de la Universidad de Hamburgo-Eppendorf (Alemania) han descubierto los mecanismos cerebrales por los que algunos pacientes suelen experimentar más efectos secundarios con un medicamento cuando creen que su precio es más caro, lo que se conoce como efecto 'nocebo' en contraposición al placebo, que hace que otros pacientes sientan beneficios cuando consumen sustancias sin ningún valor terapéutico.

Así se desprende de los resultados de un estudio publicado en la revista 'Science', que podría ayudar a muchos médicos a recomendar medicamentos de marca o genéricos dependiendo de las expectativas de cada paciente.

En su investigación participaron 49 personas a las que se pidió que probaran una supuesta crema contra el picor de la dermatitis atópica que, en realidad, no contenía ningún principio activo. A algunos se les presentó bajo la marca 'Solestan Creme', en una elegante caja azul diseñada para parecerse a una marca cara, mientras que en otros casos la crema llevaba el nombre 'Imotadil-LeniPharma' y tenía una caja menos decorada, similar a la de los genéricos.

"Nos esforzamos mucho en hacer diseños diferentes que fueran convincentes", ha explicado la neurocientífica Alexandra Tinnermann, principal autora de la investigación.

Tinnermann y su equipo extendían las cremas en el brazo de los voluntarios y esperaban unos minutos a que se absorbiera, y les informaban de que podría causarles una mayor sensibilidad al dolor, un efecto secundario real conocido como hiperalgesia. Y posteriormente, colocaban en sus brazos un pequeño dispositivo que emitía un breve golpe de calor de unos 45 grados centígrados.

De media, aquellos que habían recibido una crema más cara inicialmente calificaban el dolor como el doble de intenso que los que recibieron el genérico. Además, en este primer grupo el dolor se hacía más intenso a medida que avanzaba el experimento, mientras que los de la crema barata experimentaban una ligera disminución del dolor.

Resonancias para confirmar los hallazgos

Además, los investigadores desarrollaron un método de resonancia magnética que permitía estudiar al unísono y al completo el sistema central del dolor, desde la parte más evolucionada del cerebro (el córtex) hasta la médula espinal. Y los resultados respaldaron sus hallazgos.

Los participantes que creían estar usando una crema más cara y dijeron sufrir más dolor tenían más actividad en la corteza prefrontal, una región que también se vincula al supuesto beneficio que causa el efecto placebo.

Además, las regiones de la médula espinal asociadas con la respuesta al dolor también mostraron más actividad en el grupo de la crema "cara", lo que sugiere que no todo está en la cabeza de los voluntarios, sino que realmente estaban experimentando más dolor que el grupo de la crema "barata".

"Hasta ahora se ha investigado mucho el efecto placebo y relativamente poco el nocebo", ha lamentado Tinnermann, que cree que estos datos pueden influir mucho en la percepción de los efectos secundarios que causa un medicamento.