La llegada de la primavera y del buen tiempo trae consigo una temporada repleta de acontecimientos sociales como bodas, bautizos y comuniones. Estos son momentos en los que puede resultar un gran reto no fumar para los ex fumadores recientes o quienes se encuentran en proceso de abandonar el tabaco.

No se sabe cuántos fumadores recaen en estos acontecimientos sociales pero sí que hay factores que los convierte en auténticas pruebas para quienes se han propuesto una vida sin humo.

Los principales son el estrés de los preparativos, si se trata de un familiar muy cercano, la presión social, el encontrarte con personas que hace tiempo que no ves y un largo etcétera que provocan que fumar un cigarro pueda ser una peligrosa excusa para iniciar una conversación.

De hecho, a veces se cree que por un cigarro o una calada no pasa nada pero puede aumentar de forma considerable el riesgo de empezar a fumar, y para un ex fumador puede suponer recaer en el tabaquismo.

Consejos para no caer en la tentación

1. Evitar los momentos en los que los fumadores hacen grupos que suelen coincidir con la entrada de las celebraciones, en las que muchos invitados se quedan fuera tomando algo o fumando un cigarro. Acudir a la ceremonia te librará de pasar un mal rato y además será bien visto por los protagonistas de la ceremonia.

Durante las comidas, cenas o copas no te unas a los grupos de fumadores y aprovecha para conocer gente nueva, invitar a bailar a esa persona que te ha llamado la atención desde el principio o para descubrir cuál es la mesa de los solteros si no tienes pareja.

2. Recuerda que las ansias por fumar sólo duran segundos, como mucho unos minutos, en los que el ex fumador debe decidir entre encender un cigarrillo o no hacerlo. Para pasar este trance que puede repetirse varias veces al día, es importante que el ex fumador cuente con las herramientas adecuadas y la ayuda de la pareja, la familia, los amigos, e incluso con el consejo del profesional sanitario para conseguir la cesación tabáquica. Además, una breve conversación con el médico puede duplicar las posibilidades de éxito a la hora de dejar de fumar.

3. Cuéntale a tu entorno tu propósito de dejar de fumar para que puedan ser aliados en estas ocasiones y traten de evitar este tipo de situaciones de tentación. Incluso puedes elegir una persona con la que tengas mucha confianza para que te ayude a evitarlo si te puede la incitación.

4. Cuando prepares las cosas del evento, incluye un 'kit' anti recaídas que te ayudará a tener las manos entretenidas, sustituyendo el cigarro por otra cosa como un boli, una pajita, o canela en rama. También puedes incluir algún caramelo o chicle para controlar la ansiedad y una una tarjeta para recordar tu motivación para dejar de fumar o los consejos que te haya facilitado un profesional sanitario.

5. Los bautizos y comuniones son de los niños, no les des mal ejemplo ya que si en estos días, los más pequeños ven a los adultos fumar, lo verán como algo normalizado y tolerado en la familia y poco a poco pueden llegar a pasar de ser fumadores pasivos, a ocasionales y más tarde puede que acaben siéndolo a diario. Además, el humo no es un invitado adecuado para los niños por las consecuencias en su salud cardiovascular y respiratoria.

6. De una boda sale otra y como nunca se sabe que puede pasar, no olvides que el tabaco puede alejarte de ese propósito. El tabaco provoca mal aliento, puede amarillear uñas y dientes, empeora el aspecto de la piel y tiene un impacto negativo en las relaciones sexuales.

Fumadores en ocasiones sociales

Como fumador social se entiende aquella persona que solo fuma en compañía de otras personas o cuando acude a un evento o le ofrecen un cigarro aunque habitualmente no fume.

Frente al fumador habitual, en general el fumador social no cree que este consumo de tabaco pueda ser perjudicial para su salud pero conviene recordar que no existen evidencias acerca de un consumo seguro de tabaco. De hecho, el tabaquismo intermitente eleva la presión arterial, puede incrementar el riesgo de obstrucción por colesterol, las infecciones respiratorias y el riesgo de muerte prematura por enfermedad cardiovascular.

Aunque se realice un consumo ocasional de tabaco, éste representa un riesgo para la salud. Lo mejor, antes de convertirse en fumadores habituales, alejarse definitivamente del tabaco.