Diversos informes lo confirman: España es uno de los países europeos con más sobrepeso infantil Parece que la famosa dieta mediterránea sirve de poco en este tema y que, de seguir así, los niños no serán tan longevos como sus padres. Se trata de un problema muy serio. Por supuesto que es el pediatra quien deberá dar indicaciones, pero hay algunos consejos que pueden ser muy prácticos, en una sociedad como la actual, para la mayoría de los padres.

El ejemplo es esencial; por tanto, aunque los padres estén estupendos y sanísimos, es imprescindible que las comidas en casa sean siempre equilibradas.

Los horarios de comidas son importantes siempre, pero especialmente cuando el niño tiene sobrepeso. Incluso el fin de semana.

Es importante que se enseñe al niño a comer despacio, a saborear los alimentos, a masticar bien. Teniendo siempre en cuenta que cada niño tiene su ritmo. La paciencia es imprescindible.

Es cierto que lo dulce apetece de forma natural a los pequeños, pero hay muchos grados de este sabor. Si endulzar es inevitable, que sea de forma mínima.

Es muy efectivo que la pasta y los arroces, alimentos que en general suelen encantar a los niños, estén cocidos al dente. De esta manera requerirán más masticación y se tomará una dosis más moderada.

Otra norma efectiva es empezar con la merluza o el pollo, por ejemplo, y después servir los espaguetis.

Los purés son una mala idea para los niños con sobrepeso. Mejor una ensaladilla rusa que un puré de patata y zanahoria.

El niño con sobrepeso no tiene que renunciar a los rebozados, pero sí limitarlos. Una forma ligera es cocer el rebozado al horno.

Aliñar en la cocina los platos. Es importante habituar al niño a ser moderado con la condimentación.

Ofrecer fruta antes del postre dulce es un buen recurso para que la ración de tarta o helado sea mucho menor.