Un buen descanso es fundamental para nuestra salud. Y es que existen múltiples consecuencias, tanto en el plano físico como psicológico, de dormir poco o mal. Para lograr conciliar de forma satisfactoria el sueño, el colchón es fundamental, pero también lo es la almohada, un elemento al que no obstante no se suele prestar tanta atención.

El Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España (CGCFE) destaca que la elección de la almohada debe adaptarse a la morfología de cada individuo con el objetivo de lograr un mejor descanso y evitar lesiones a nivel cervical y hombros

El presidente de esta entidad, Miguel Villafaina, reconoce que la mayoría suele dedicar mucho tiempo a la elección del colchón pero la almohada es igual de importante ya que ayuda a "prevenir la aparición de alguna patología por una postura inadecuada de cabeza, columna y hombros sobre la misma".

No en vano, destaca este experto, hay diferentes estudios que apuntan que cada ser humano pasará un tercio de sus vidas reposando sobre este soporte.

A la hora de adquirir una almohada, y teniendo presente que "no existe una almohada perfecta", los fisioterapeutas recuerdan que la forma de dormir es el principal aspecto que en mayor medida debe condicionar la elección de una u otra.

Las de altura media, de entre 10 y 13 centímetros, se recomiendan para aquellos que duermen sobre la espalda, y en estos casos es importante señalar que la longitud de la almohada debe superar la del ancho de hombros, mientras que la dureza en este caso debe ser también media.

Las almohadas altas, de hasta 15 centímetros, son para los que optan por dormir de lado, con la dureza suficiente para que la cabeza permanezca alineada con el tronco.

En cambio, las bajas, de entre 8 y 10 centímetros son más apropiadas para quienes duermen boca abajo, ya que en estos casos es preferible que presenten poca consistencia. Estas almohadas son las que también se recomiendan en niños, aunque en algún caso incluso se considera mejor dormir sin ella.

Además, los fisioterapeutas desaconsejan que las personas que duermen en camas de matrimonio usen la misma almohada que su pareja, ya que "cada persona debe tener su propia almohada adaptada a su morfología y sus hábitos de sueño".

Antes de comprarla, aconsejan consultar con algún fisioterapeuta para que analice la postura en diferentes posiciones y valore el estado de su musculatura, de cara a recomendar la almohada que más se adapta al cuerpo y a la posición del interesado.

Y en caso de padecer alguna patología cervical, el fisioterapeuta podrá recomendar una almohada cervical con la forma de la curvatura fisiológica, que da un mayor soporte a la zona lesionada y a la cabeza para reducir el estrés sobre las vértebras y la musculatura cervical.

"Dedica el tiempo necesario a elegir la almohada que más se adapta a ti y no olvides acudir a tu fisioterapeuta en caso de tener alguna duda", aconsejan.