Las emociones se desbordan cuando septiembre se nos acerca aunque muchos no manifiestan indicio alguno del temido síndrome posvacacional, bien porque no han tenido un respiro laboral, porque no han salido de casa o simplemente porque no tienen puesto de trabajo al que regresar.

Expertos consultados por Efe coinciden en que hay que mantener una actitud positiva ante el nuevo curso porque es cuando se activan propósitos y se emprenden nuevas metas.

Pero antes de ‘la vuelta al cole’ es necesario "el cambio de ritmo en el cerebro" para romper con la rutina, asegura el vocal de la Sociedad Española de Neurología Carlos Tejero.

Este experto invita a experimentar nuevas sensaciones como "cambiar de entorno climático" y, así, construir "nuevos recuerdos" mientras desarrollamos tareas distintas que mantienen el cerebro "activo".

Sin embargo, cada vez son más las personas que trabajan durante el verano y en ocasiones, "una persona tiene que hacer el trabajo de dos", lo que influye directamente en el cerebro.

Nuestra cabeza necesita hacer un descanso para borrar aquellos transmisores que no necesitamos y cerrar circuitos neuronales que tenemos activos por el nivel de alerta, sostiene.

Por este motivo, cuando uno no se permite descansar, la fatiga se convierte en agotamiento y provoca la disminución de nuestro rendimiento con un "empeoramiento del humor".

A diferencia de las personas que se han ido de vacaciones, las que han trabajado durante el verano y continúan en septiembre "estarán más cansadas" y pueden sentir irritación al escuchar cómo los demás se quejan de "su vuelta a la rutina" o su síndrome posvacacional, según apunta Pilar Jiménez, del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.

"El objetivo de las vacaciones es desconectar y descansar de la rutina laboral", pero aquellos que no lo han hecho "se terminarán adaptando y tendrán que aplazar el reposo para otra época del año", determina.

Septiembre es sinónimo de metamorfosis, también para las personas que buscan empleo, ya que "tendrán que reanudar cierta rutina al ver que la gente de su alrededor comienza un nuevo ritmo".

Jiménez advierte también de que este proceso de adaptación "no es comparable con los que tienen empleo".

En este sentido, el vocal de Red Araña -entidad que promueve la inserción laboral- Santiago Sanjuán asegura que en septiembre se produce un aumento de personas que solicitan "orientación", pero también cuando "más proyectos e ideas de negocio irrumpen".

Por este motivo, Sanjuán recomienda marcar unas pautas de rutina, de sueño y descanso e incluso "retomar una dieta saludable" para ajustar la mente y el organismo a la vuelta de la actividad.

"El síndrome posvacacional se trata de una reacción normal de la mente y del cuerpo al pasar de vacaciones a estar trabajando y se pueden destinar los primeros días de septiembre para cambiar o incluir nuevos hábitos", añade.

Y, según la especialista en medicina emocional Marisa Navarro, el alto nivel de estrés que sufren aquellos que han trabajado estos meses también pueden padecerlo los desempleados debido a "las circunstancias con las que conviven".

¿Y si estamos de vacaciones pero no viajamos?

Navarro recuerda que por razones económicas o de salud hay personas que no se ausentan de su hogar por lo que aconseja pasear, acudir a un ciclo de música o ver "aquellas películas que siempre están pendientes", porque cambiar de paisaje resulta "vital" para el bienestar.

La experta defiende que las actividades placenteras no son "sólo para el verano", por lo que propone buscar siempre tiempo para descubrir otras que logren "ilusionar y renovar" a las personas que estén sin vacaciones o en paro.

Adaptación a la nueva temporada, ilusión, actitud positiva y convertir los propósitos en hábitos son algunas de las sugerencias para septiembre de estos expertos que invitan, además, a efectuar descansos durante la rutina para no acumular demasiado cansancio y prolongar demasiado el síndrome posvacacional.