Es junio y cientos de miles de alumnos se enfrentan a los exámenes que pueden decidir un curso, un título académico, el ingreso en la Universidad o hasta un empleo. Los especialistas aconsejan estudiar de manera organizada, alimentación e hidratación adecuadas y apoyo familiar contra el estrés.

El profesor de Psicología del CEU San Pablo Fernando Miralles, que se centra en las pruebas de selectividad, indica que la ansiedad no sólo repercute negativamente en las notas, sino que incluso puede llevar a no presentarse a los exámenes en los casos más graves.

Los síntomas pueden ser irritabilidad, agresividad, susceptibilidad o mal humor; insomnio y malestar físico; pensamientos negativos y hasta ganas de dejar los estudios por miedo a fallar.

Para ayudar a los alumnos, recomienda en una nota del CEU, es necesaria la implicación del centro de estudios, la familia, psicólogos clínicos y el propio alumno.

"Lo más importante que pueden hacer los padres -resalta el experto- es expresar, de forma explícita, la confianza que tienen en los hijos y el apoyo incondicional que les darán, sea cual sea el resultado del examen".

Pueden trasmitirles mensajes positivos, como que el 95 % de los presentados suele aprobar la selectividad, o valorar las notas que han obtenido en el Bachillerato.

También es más frecuente cada vez que los centros educativos organicen cursos para reducir la ansiedad, y algunas universidades extranjeras preparan "convivencias" de alumnos con animales para este fin.

El estudiante también puede practicar técnicas de relajación y "parada de pensamiento negativo" en caso de ponerse nervioso.

Siempre es conveniente disponer de un sitio y un ambiente propicios para el estudio, dice Miralles, evitar fármacos innecesarios, dormir un mínimo de siete horas, conocer previamente el edificio del examen e ir con tiempo suficiente y alimentado a las pruebas.

Modesta Pousada, profesora de Psicología e investigadora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), también aconseja planificar con tiempo el estudio y el repaso, además de minimizar los factores de distracción para reforzar la atención.

Conocer previamente las características de la evaluación también ayuda. "No se debe estudiar del mismo modo -constata- para un examen tipo test, uno de preguntas cortas, uno de resolución de problemas o uno de preguntas largas".

¿Y cuánto tiempo se debe estudiar? Según Pousada, las investigaciones demuestran que el recuerdo de lo aprendido mejora si el mismo número de horas de estudio se distribuye en un período temporal más largo, por ejemplo dos semanas en lugar de tres días.

También coincide en que el estado emocional influye: "Aprender y practicar la respiración profunda, centrarse en pensamientos positivos o no tomar bebidas excitantes, son algunas medidas fáciles para mantener a raya la ansiedad", aconseja.

Además, es útil dedicar las horas anteriores a la prueba a alguna actividad relajante, en lugar de apurar los repasos.

La neuropsicóloga clínica María Martín Sainz-Pardo insiste en una "buena planificación", como conocer las fechas de examen y el temario con antelación para organizar el tiempo de estudio y de descanso.

Asimismo, son convenientes técnicas de estudio como la lectura comprensiva, resúmenes y esquemas, reglas mnemotécnicas, "mapas mentales" o autoevaluaciones, según indica en un comunicado de Saluspot, una comunidad en la red de consulta de usuarios y profesionales de la salud.

Y, por supuesto, si hay una disposición positiva hacia cualquier actividad, "es muy posible que el resultado sea favorable", apostilla Martín Sainz-Pardo.

Alfon Nieto Salcedo, nutricionista de la misma organización, aconseja los plátanos, los frutos secos (especialmente las nueces), el pescado azul (salmón) y las zanahorias para mejorar el rendimiento físico e intelectual. El café y el té deben tomarse moderadamente (dos tazas diarias).

Las denominadas bebidas "energéticas", señala, pueden causar nerviosismo, ansiedad o taquicardias, si contienen cafeína u otros estimulantes en exceso, advierte.

Por otro lado, la deshidratación afecta negativamente al rendimiento intelectual, según un informe de 2014 del Instituto de Investigación Agua y Salud.

Por último, es recomendable una postura corporal de estudio correcta, con la espalda erguida y apoyada en el respaldo, sin dejar pasar más de una hora sin levantarse para estirar los músculos.