Investigadores están utilizando la tomografía computarizada (TC) y la tecnología de impresión en 3-D para recrear modelos a tamaño natural de las cabezas de los pacientes con el fin de ayudar en la cirugía de trasplante de cara, según un estudio que se presenta este lunes en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de América del Norte (RSNA, por sus siglas en inglés).

Médicos del Hospital Brigham y de Mujeres de Boston, en Estados Unidos, realizaron el primer trasplante de rostro completo del país en 2011 y, posteriormente, han completado cuatro trasplantes de cara adicionales. El procedimiento se realiza en personas que han perdido parte o la totalidad de su cara como resultado de una lesión o enfermedad.

En el estudio, un equipo de investigación dirigido por Frank J. Rybicki, radiólogo y director del Laboratorio de Ciencia de Aplicación de Imágenes del Hospital; Bohdan Pomahac, cirujano de transplantes de cara, y Amir Imanzadeh, investigador, evaluó el impacto clínico de la utilización de modelos impresos en 3-D de la cabeza del receptor a la hora de planificar la cirugía de trasplante de cara.

"Se trata de una cirugía compleja y su éxito depende de la planificación quirúrgica -detalla el doctor Rybicki--. Nuestro estudio demostró que si se utiliza este modelo, no hay mejor manera de planificar el procedimiento".

Cada uno de los receptores de trasplante se sometió a TC preoperatoria con visualización en 3-D. Para construir cada modelo del cráneo a tamaño natural, se segmentaron las imágenes de TC de la cabeza del receptor del trasplante y se trataron mediante el uso de software a medida, creando archivos de datos especializados que se introdujeron en una impresora 3-D.

"En algunos pacientes, tenemos que modificar los huesos faciales del receptor antes del trasplante -relata el doctor Imanzadeh--. El modelo de impresión en 3-D nos ayuda a preparar las estructuras faciales, así que cuando se produce el trasplante real, la cirugía es más fluida".

Aunque todo el procedimiento de trasplante dura hasta 25 horas, las conexiones vasculares de la cara donante al receptor normalmente tardan aproximadamente una hora, tiempo durante el cual el flujo de la sangre del paciente debe deternese.

"Si hay ausencia o desaparición de las estructuras óseas necesarias para la reconstrucción, podemos hacer modificaciones basándonos en el modelo impreso en 3-D antes del transplante real en lugar de hacer arreglos durante el tiempo de la isquemia", planeta Rybicki.

"El modelo 3-D es importante para hacer el trasplante estéticamente atractivo", añade. Los investigadores resaltan que también emplean los modelos en la sala de operaciones para aumentar la comprensión de los cirujanos de la anatomía de la cara del beneficiario durante el procedimiento.

"Se pueden girar, mover y desplazar tantas imágenes de TC como se quiera pero no hay nada que sustituya a tener el objeto real en la mano", dice Rybicki, quien agrega que la capacidad de trabajar con el modelo proporciona "un nivel sin precedentes de tranquilidad y confianza en el procedimiento".