Los cardiólogos han advertido hoy a los fumadores de tabaco de liar de que están aspirando más monóxido de carbono que los de los cigarrillos de cajetillas convencionales ya que se quema más papel en cada calada.

Los expertos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), especializados en tabaquismo, han hecho esta advertencia en un comunicado en el que inciden en que sólo el 33 por ciento de las marcas de tabaco de liar indican los contenidos de nicotina y alquitrán en el paquete.

Por ejemplo, en el caso del monóxido de carbono, el etiquetado "es nulo", según los especialistas, que han pedido a la administración sanitaria que extreme la vigilancia para que se cumpla la ley por parte de las empresas que comercializan el tabaco de liar para que así los ciudadanos reciban la información adecuada sobre la composición de lo que están consumiendo.

Los actuales precios del tabaco y la crisis económica están haciendo que muchos fumadores sustituyan las cajetillas de cigarros convencionales por envases para preparar tabaco de liar.

La mayoría de consumidores de tabaco de liar creen que este es menos dañino para su salud y presentan una menor motivación para abandonar el hábito. Una creencia que, según los cardiólogos, no es respaldada por los estudios realizados.

En concreto, el estudio "El tabaco de liar", publicado en la revista Prevención del Tabaquismo, revela que los fumadores de tabaco de liar presentan concentraciones más altas de monóxido de carbono (CO) en su aire espirado que los de tabaco manufacturado (27,9 frente a 21,48 partículas por millón de unidades).

Y eso a pesar de que los últimos consumen un número más alto de cigarrillos diarios (18,5 frente a 27,9).

Los resultados del estudio, según el doctor Carlos Jiménez Ruiz, director del programa de investigación en tabaquismo de Separ, han constatado que el 30 % de los fumadores de tabaco de liar confiesa que cambiaron al consumo de este tipo de tabaco pensando que era más saludable.

Y todos ellos tienen mayor dependencia por la nicotina y menor motivación para abandonar el hábito que los fumadores de cigarrillos convencionales, según el doctor.

Además, los fumadores de este tipo de tabaco tienen un grado más alto de "auto-eficacia", según Jiménez, quien ha incidido en que todas estas características aumentan la dificultad de realizar un intento de abandono del tabaco por parte de estos fumadores.

No obstante, a pesar de ello, en ambos grupos de fumadores se han obtenido unas altas tasas de abstinencia a los seis meses de seguimiento y se ha llegado a cifras superiores al 60 % en los que utilizaron el tratamiento farmacológico con vareniclina.