El cuerpo de la mujer se modifica durante el embarazo y hay que prepararlo antes y durante. Además de los cambios visuales -crecimiento de la tripa, aumento de pecho- se producen cambios internos. A partir del sexto mes, el útero va encajándose en la pelvis y desplaza el intestino eleva el diafragma con lo que cuesta más respirar y la vejiga también comienza a estar más oprimida y eso hace que las ganas de orinar aumenten.

Debido al aumento de la tripa, aparecen molestias en la espalda sobre todo zona lumbar, las conocidas ciáticas del embarazo o el dolor en cinturón. Además, el corazón comienza a latir más deprisa para bombear sangre hacia la placenta con lo cual es importante conocer que tipo de ejercicio se puede hacer. Al igual que las futuras mamás comienzan a tomar ácido fólico o hierro, también es importante trabajar la musculatura. El cuerpo de la mujer debe 'ponerse en forma' para soportar el peso durante los meses de embarazo y prepararse para el parto.

"Es frecuente recomendar reposo a la futuras mamás, sin embargo, este es un gran error ya que lo mejor es entrenar a los músculos que van a ser partícipes durante la gestación. El recto y los oblicuos abdominales son los responsables de cargar el peso del bebé. Tener estos músculos fuertes ayudará a relajar las lumbares y, por tanto, la madre tendrá menos dolores de espaldas durante el embarazo, La gestación es un excelente momento para hacer ejercicio controlado", explica Rafael Vicetto, especialista en pre y post parto de Clínica Vicetto.

Durante el embarazo deberemos cuidar el abdomen con contracciones del transverso abdominal, "meter el ombligo", el bebé estará encantado con el masaje y el movimiento y la mamá estará trabajando los músculos abdominales para prevenir la Diástasis. Existen distintos programas para hacer frente a esta lesión común en las embarazadas cuyos objetivos es aumentar la fuerza en la zona del abdomen y lumbar o mejorar el suelo pélvico tan importante para la mujer.

La preparación de estos músculos abdominales debe ser a través de ejercicios específicos y evitando aquellos que pueden perjudicar seriamente a la madre. De esta forma no se deben hacer abdominales ni ejercicio de impacto, además hay que tener cuidado con aquellos movimientos que supongan un esfuerzo en las actividades de la vida diaria como cargar peso o agacharse de forma inadecuada.

"Después del parto, tanto si ha sido natural como por cesárea, se recomienda una valoración abdominal ya que todas mujer tendrán diástasis de los rectos abdominales, un trastorno que puede provocar incontinencia, problemas digestivos, molestias de espalda y un aumento del volumen del abdomen", aseguran desde StopDiastasis.com. Para la recuperación, es muy importante la actividad física durante el post parto. Las mamás deberán trabajar el suelo pélvico con unas indicaciones por parte del fisioterapeuta especializado previo a una revisión del abdomen. El suelo pélvico es el "nido" de la mujer y deberá cuidarse para futuras gestaciones.