Ocurre en muchas ocasiones y no deja de sorprender a los dueños de perros. Cuando lo sueltan por un parque, al de unos pocos minutos el can aparece comiendo hierba. Una costumbre que siguen manteniendo muchos perros, ya sean cachorros o adultos. La razón de este comportamiento estriba en los posibles problemas estomacales del animal. El perro come hierba por un instinto que le anima a ello para paliar su dolencia en el estómago. Esto, a su vez, les irrita aún el aparato digestivo y les lleva a vomitar.

"Se trata de un comportamiento bastante extendido y que tampoco nos debe de preocupar en exceso", dice el veterinario Pablo Sentana, que ve el verdadero peligro en la posibilidad de que la zona con hierba tenga elementos pesticidas o herbicidas. "Si este comportamiento se ha convertido en una obsesión para el animal, debe comentarse también al especialista, por si se tratara de una alteración de conducta", recomienda Sentana.