-El castellano es un idioma loable, pero ¿lo hable quien lo hable?

-Hay que ver las ruinas que deja. Esas ruinas, esas migajas, siguen siendo castellano desmigajado. Este libro habla de todas esas veces que queremos decir algo, nos equivocamos y lo que decimos es más interesante que lo que queríamos decir. En ocasiones la errata mejora el texto.

-Este libro recoge cosas que tenemos todos delante de las narices a diario y no vemos. ¿Usted por qué sí?

-Las vemos, lo que pasa es que no las miramos. No reparas en ellas. En la letra pequeña nos fijamos como en una anciana en topless, sin reparar en los detalles.

-¿Todo lo que cuenta es real?

-Absolutamente todo, sacado de un lugar tan poco céntrico como la realidad.

-¿Hasta lo de atar a una cuna un Colegio de Abogados?

-Está en el manual de instrucciones. Es algo desopilante. A veces el error no está en el texto, sino en el lector, que lee algo que no está pero que es mejor. En ese caso ¿quién es el autor? Ahí hay un vacío legal.

-Una etiqueta aconseja secar una prenda "sobre un piano", ¿traducciones demasiado literales?

-Cada una tiene su por qué y cada por qué entraña una pequeña labor detectivesca. Aquí, con la ayuda de Forges, llegamos a la conclusión de que es secar sobre un plano, no colgarla. Pero es más bonito secar sobre un piano, que es un plano también.

-Con la que está cayendo, ¿no le convendría cambiarse el título de «rey» de las cosas pequeñas?

-No, qué va. ¿Vamos a cambiar el título del rey león? ¿no van a venir los Reyes Magos porque haya un señor aquí absolutamente transitorio? No, qué va.

-¿Las pequeñas cosas vistas de cerca son grandes?

-Claro. No es que sean más grandes, es que hacen que la vida sea grande.

-¿Cuesta más ahora hacer reír?

-La gente acude a los teatros ya no porque quiera reírse, sino porque necesita reírse. Y es distinto la necesidad que la apetencia. La entrega es muchísimo más brutal.

-¿Se puede uno reír de todo?

-El tipo de humor que hago yo sigue funcionando. No creo que el humor dependa de la circunstancia. Con talento se puede hacer humor de cualquier cosa. El humor aspira a volver a explicar la vida como no te la habían explicado nunca antes. Hay cosas más difíciles. Tonino Guerra„guionista de Amarcord„ estuvo en un campo de concentración en Alemania y cuando salió hizo un chiste genial. Dijo "contento he estado muchas veces, la vez que más cuando me liberaron, ví una mariposa y la miré sin ganas de comérmela". ¿Se puede hacer humor sobre una guerra en la que se matan hermanos? Si eres Gila, sí.