Una cirugía cardíaca pautada para esta semana impedirá al padre de Meghan Markle viajar a Inglaterra y entregarla en el altar al príncipe Enrique, en un nuevo giro de esta polémica familiar que ha ensombrecido la esperada ceremonia.

Thomas Markle, que se ha convertido en el centro de la boda real, dijo al sitio de celebridades TMZ que este mismo miércoles a primera hora será operado para "destapar arterias, reparar daños e instalar un stent".

Markle, que sufrió un infarto poco después de la controvertida sesión de fotos que concedió a un paparazzi, había dicho previamente, también a TMZ, que pese a su delicado estado estaba buscando autorización médica para viajar a Inglaterra y asistir a la ceremonia de este sábado en el castillo de Windsord.

Finalmente, quien acompañará a Meghan Markle al altar será el príncipe Carlos. A petición de la exactriz estadounidense, el príncipe de Gales, heredero de la corona británica, hará de padrino ante la ausencia del padre de la novia, Thomas Markle, por problemas de salud.

"Meghan Markle ha pedido a su alteza real el Príncipe de Gales que la acompañe por el pasillo de la capilla de San Jorge el día de su boda. El Príncipe de Gales está satisfecho de poder recibir de esta manera a la señorita Markle en la familia real", reza un breve comunicado divulgado por el palacio de Kensington, residencia oficial del príncipe Enrique y el duque de Cambridge.

Por su parte, el palacio de Buckingham, residencia oficial de la reina Isabel II, ha confirmado que el marido de la soberana, el duque de Edimburgo, de 96 años, irá al enlace tras recuperarse de una operación de cadera a la que fue sometido hace unas semanas.