Como si de los mismísimos Carbonillas se tratara, el tenista mallorquín se ha lanzado a las gradas para celebrar su séptima victoria en Roland Garros besando a su novia con la que, además, se ha fundido en un tierno abrazo ante la expectante mirada y la atronadora ovación de todo el público.

Han sido dos días de partido y Rafa Nadal está exhausto. Pero ha merecido la pena. El deportista manacorí ha conseguido derrotar al serbio Novak Djokovic proclamándose, por séptima vez, ganador del torneo de Roland Garros.

Rafa no ha podido contener las lágrimas que de la emoción brotaban de sus ojos, por lo que no ha dudado en lanzarse a las gradas en busca de su familia. Su madre, su hermana, sus tíos... Todos y cada uno de ellos se han fundido en un tierno abrazo con el campeón.

Sin embargo, el momento más emotivo de la tarde estaba por llegar. Tras sus familiares, le tocaba el turno al amor de su vida, Xisca Perelló, a quien ha besado sin miramientos delante de todo el público y sin esconderse de las miradas indiscretas, recordándonos así la dulce imagen de Iker Casillas y Sara Carbonero en el Mundial de Sudáfrica.

Y es que cuando las emociones están tan a flor de piel, uno se deja llevar por la pasión. ¿Volveremos a ver un beso tan pasional como este en la Eurocopa?