Consiguió darle al fotógrafo la pose y la mirada perfectas en la mitad del tiempo previsto. Incluida una foto inesperada subida a la fuente de Neptuno, bajo la mirada incrédula de la Policía Municipal. No es la belleza, sino el carisma y, sobre todo, el talento y la profesionalidad, lo que hace que una modelo adquiera el apelativo de supermodelo. Por supuesto, la experiencia también ayuda. Como tantas jóvenes brasileñas, Isabeli abandonó su Paraná natal a los 14 años buscando un lugar en el mundo de las campañas y las pasarelas. "Allí hay una gran cultura del modelaje. Muchas chicas lo ven como un camino para escapar de la pobreza y ayudar a su entorno", explica tras la sesión. En su caso, fue el mítico certamen Elite Model Look el que le abrió las puertas de una vida en Milán. No sabía nada de moda, "solo conocía a Claudia Schiffer"...