En una escena memorable de 'La flor de mi secreto' (1995), Leo Macías, el personaje ninterpretado por Marisa Paredes, le pide en la calle a un chaval que le ayude a deshacerse de una prenda que se le ha enquistado igual que su matrimonio fallido. A Macías, vestida impecablemente de Max Mara en la mayoría de las secuencias del filme, el power dressing le sale rana, y su crisis de autoestima es tan dramática como las hombreras de sus abrigos de cashmere. Lo de menos es preguntarse si es normal que una mujer deambule por su barrio sin rumbo fijo vistiendo prêt-à-porter de lujo, porque estamos en una película de Almodóvar. Y desde hace casi cuatro décadas (el rodaje de Pepi, Luci, Bom comenzó en 1978), el director está empeñado en demostrar que el realismo no es lo mismo que la verosimilitud. Y que la estética no es atrezo, sino parte esencial de los motivos que nos hacen ver películas...