La casa que hoy les mostramos, una vivienda aislada de trescientos doce metros cuadrados construida sobre una parcela encajonada de setecientos metros cuadrados, de geometría perfecta para la costa mediterránea, concebida como espacio ideal para el descanso, se creó como un remanso donde la paz se respira y siente a través de su arquitectura exterior, a través de la luz que inunda todas las estancias y también con un trabajo puntilloso y vanguardista, un concepto interior claramente definido por el estudio de Abatón Arquitectura y Batavia interiores en un ejercicio de vanguardia que sin embrago no renuncia a los clásicos.

La forma del terreno donde se ubica la construcción marcó este proyecto desde sus inicios. Había que sacar la casa del cajón. Se diseñaron dos rectángulos unidos por un largo y estrecho pasillo que se plantearon a partir del reto, definitivo, de construir una vivienda que a pesar de estar encajonada tuviera y propiciara a sus habitantes y visitantes la sensación de espacio abierto, la sensación de bienestar y libertad que solo los espacios abiertos son capaces de regalar.

Un acceso exterior pero con poca luz conduce hasta la entrada principal de la casa situada en el centro de la planta, desde donde arranca una escalera que la recorre verticalmente. Se proyectó condicionando la casa al gran pasillo que la caracteriza, que la ha convertido en distinta, marcando la diferencia porque es su razón de ser. Además reforzó esta peculiaridad del terreno desde la entrada, y se vincularon los espacios interiores al exterior para aumentar la sensación de amplitud que se necesitaba.

Se diseñó una gran zona central de estar y cocina con altos techos y muy luminosa, totalmente vinculada con el exterior que sorprende al contrastar con el acceso desde la entrada, que es estrecha y con menos luz. La zona infantil, en la segunda planta, tiene una terraza exterior con muros altos que proporcionan gran seguridad.

Al fondo de la parcela se ubicó la piscina, imprescindible para sentir la sensación de vacación continua que la casa persigue. Es destacable también la elección de materiales, perfectos para el Mediterráneo con solados de piedra caliza apomazada, muros de hormigón armado y cerramientos de fachada de ladrillo y revestido de mortero monocapa y cubiertas planas con acabado en grava.

La carpintería es de madera de DM lacado en blanco, destacando la puerta de acceso a la vivienda en acero y la carpintería exterior de aluminio lacado. Un sistema de aire acondicionado por conductos y calefacción por suelo radiante se encarga de que los trescientos doce metros cuadrados construidos sean acogedores, apetecibles, durante todas las épocas del año.