"Nunca se tienen dos oportunidades para causar una primera buena impresión", asegura la interiorista belga Joke Holvoet. Y eso es lo que pretendía el propietario de este ático situado en Amberes (Bélgica), un empresario que se dedica a la compraventa de inmuebles. La vivienda se ubica junto al río Escalda, en una vieja zona portuaria denominada Het Eilandje (el islote, porque en origen era una isla) donde se desarrolla un gran proyecto de renovación urbana. "Deseaba que la fiabilidad de su empresa se revelara en la calidad y el perfecto acabado del interior de su casa", añade Holvoet, responsable del estudio Elft Interieur.

Este deseo del propietario llevó a la interiorista a escoger un material llamado Hi-Macs para diseñar con él la mayor parte del mobiliario de la vivienda, desde la cocina o los baños hasta los dormitorios. Este producto es una piedra acrílica que puede termoformarse con precisión, soldarse sin juntas visibles y ser diseñado virtualmente en cualquier forma tridimensional. Frente a materiales convencionales, permite una gran flexibilidad en el juego de formas.

La isla de la cocina se ha instalado resiguiendo uno de los muros, ligeramente curvado, del apartamento, de modo que forma una V muy abierta. Esta isla acoge la zona de cocción y se prolonga en una mesa con capacidad para ocho comensales. Como este volumen es bastante pesado y el apartamento se encuentra en la sexta planta, para aliviar las cargas, la interiorista optó por una pieza de cristal templado a modo de pata en lugar de utilizar, por ejemplo acero. Con ello se consigue no sobrecargar la estructura del edificio y a la vez dar la sensación de que la mesa-ménsula flota en el aire. Esta isla se fabricó en dos partes que fueron ensambladas y pulidas en la propia obra.

El blanco que predomina en toda la casa, bien de la piedra acrílica o de la carpintería lacada en el mismo tono, se complementa con roble teñido muy oscuro en los muebles de la cocina, las escaleras y el vestidor del dormitorio principal.