Situada en una zona privilegiada de Baiona, la vista panorámica hacia la Ría se cuela por todos los rincones de esta gran casa de estética actual, elegante y ligera, con interiores amplios y un mobiliario de líneas depuradas que no recarga el espacio.

Los muebles justos para que no interfieran las vistas y atrapar el mar y el paisaje de puertas adentro, con sabios toques de color que no hacen sino incrementar la vitalidad de esta vivienda vacacional de la promotora Rumarán Construcciones decorada por José María Flores Míguez, que ha optado por atmósferas fluidas, luz y transparencias que añaden armonía y una sensación de vivir permanentemente al aire libre pero con la calidez del hogar.

Volcada hacia el turismo, la casa consta de dos plantas con más de 400 metros construidos, además de 700 metros de jardín.

Un generoso salón comedor, cinco dormitorios, sala de juegos y habitación de invitados, además de los baños y la cocina, viven fundidos con el paisaje y la luz natural que entra por los amplios ventanales, con cortinas verticales que permiten disfrutar de las vistas de las Cíes. Los guiños justos de color son constantes en una casa de decoración atemporal, como en el salón, donde el sofá gris grafito contrasta con la mesa de centro blanca y las butacas en rojo. Lo mismo que en la zona de comedor, aligerada por las sillas con respaldo de listones y la transparencia de una mesa de cristal en la que caben diez comensales. El dúo de tonalidad se vislumbra con todo su efecto en esta parte de la casa en la que las vistas al paisaje pasan a formar parte del ambiente.

Luminosidad

La luz del Atlántico es la protagonista de todas las atmósferas. La luminosidad natural se traslada al dormitorio principal, tan blanco y diáfano como el resto de la construcción, con mesillas de líneas rectas y una colcha de tono malva como apunte cromático, una butaca negra como contraste –de aire sesentero– y cuadros en las paredes con motivos florales, reflejo de la ubicación y del espíritu natural que se respira en la casa.

Una de las habitaciones está pensada como zona de estudio y de juego de niños, por eso la alegría del rojo toma forma en el sofá-cama y en las sillas. Esta tonalidad se repite en la sillería del office de la espaciosa y elegante cocina, con encimera de granito y panelado de roble, madera utilizada también en la carpintería del resto de la vivienda.

Calidez, ligereza y frescura son las características de todas las habitaciones, en las que prima el blanco en paredes y techos, siempre con algún contrapunto cromático que pone la nota de originalidad, lo mismo que las láminas verticales de los grandes ventanales, que van creando un agradable efecto de luz a lo largo del día. En el exterior, el jardín y la piscina son igualmente privilegiados miradores a las islas Cíes.

La importancia de la luz en todas las estancias

Espacioso salón comedor, con notas cromáticas y transparencias. El espacio está presidido por grandes ventanales con vistas al mar.

Zona juvenil, alegre y desenfadada. Una vez más, la estancia cuenta con una gran ventana que ocupa todo el frontal de la habitación.

Dormitorio principal, con colcha y butaca como apuntes cromáticos. Los vivos colores ganan vida con la luminosidad que reina en la estancia, gracias a los grandes ventanales que la presiden.